José Luis Martínez Almeida ha pasado las peores 24 horas de su vida después de mostrarse como un negacionista del genocidio. Pobrecito, lo ha pasado mal porque le han dicho cosas por redes. No hay que ser demasiado duro con él. No tiene culpa. Almeida es solo un criado del lobby sionista y no tiene autonomía más que para repetir lo que le ordenan los defensores del genocidio gazatí en Madrid. Esto no quiere decir que en otras condiciones no defendiera lo mismo, pero en este caso es que ni siquiera puede hacer otra cosa más que lo que le ordenan.
El responsable del mandato es David Hatchwell, un empresario que mantiene unos lazos estrechísimos tanto como el alcalde Martínez Almeida como Isabel Díaz Ayuso. El empresario, en una entrevista en Argentina en La Nación con el periodista Eduardo Feinman, fue presentado como el mentor de Isabel Díaz Ayuso.
El alcalde de Madrid desalojó a La Ingobernable en la calle Gobernador para que el empresario Hatchwell pusiera un museo Judío con el patrimonio público aunque finalmente el proyecto no pudo salir adelante por poco interés del propio empresaria. Los gobiernos de Madrid, Murcia y Andalucía han financiado con más de dos millones de euros a la asociación Zakut, propiedad del empresario y de Angel Más.
David Hatchwell es el presidente de la Fundación hispano-judía y dueño de la empresa Excem, que se dedica a la seguridad y la defensa y que tiene multitud de contratos con las administraciones públicas y con los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y algunas policías autonómicas. Es, además, uno de los fundadores de una organización sionista de extrema derecha llamada ACOM, que ahora dirige Angel Más, y que se dedica a hostigar la disidencia y a cualquiera que defienda la causa palestina en territorio español.
El colectivo antisionista judío IJAN (International Jewish Antizionist Network) llegó a calificar a ACOM como una "entidad de guerra jurídica dedicada a perseguir y criminalizar la solidaridad con el pueblo palestino". Esta asociación es la que acaba de denunciar a los manifestantes que denuncian el genocidio en Palestina y la participación en La Vuelta, que el juez Pedraz ha admitido a trámite, dando la razón a quien considera que esta organización es solo un lobby creado para perseguir la disidencia.
No hacía falta que lo dijeran asociaciones judías decentes, pero una cosa llamativa de ACOM es que cuando los periodistas publicábamos la presencia de nazis en VOX se dedicaba a acosarnos a los periodistas en vez de denunciar a la extrema derecha. El empresario es además uno de los hombres de negocio que ha financiado la campaña electoral de Benjamin Netanyahu.
Uno de los pagadores necesarios para que el genocidio sea posible, siempre ha habido empresarios detrás de los grandes sátrapas como contó con maestría Eric Vuillard en 'El Orden Mundial' contando las reuniones de Adolf Hitler con los empresarios para auparlo al poder. Las víctimas de aquello ahora son los victimarios.
En el año 2015, la Intervención General de la Administración del Estado de Israel, publicó la lista de donantes privados extranjeros de la campaña de Benjamin Netanyahu en la que aparecieron como principales donantes 14 ciudadanos estadounidenses y uno español que era el empresario David Hatchwell Altaras.
El empresario era la mano derecha de Sheldon Adelson cuando intentó construir Eurovegas en Alcorcón con el apoyo y la alfombra roja de todo el PP de Madrid. Es además el productor de Malinche, la obra de Nacho Cano que ha contado con todos los favores de las administraciones madrileñas para poder llevarlo a cabo.
La fundación hispano-judía, de la que es presidente David Hatchwell, es la cúspide del sionismo en España y utiliza su poder para conseguir ingentes recursos económicos, ir contra la izquierda española intentando criminalizarla, y tejer alianzas con la derecha y la extrema derecha como miembro del Likud que es.
No es solo los negocios que el empresario tiene con las administraciones del PP a través de Excem y MBS - a la que Carlos Mazón ha concedido la gestión de la Ciudad de la Luz - sino el poder que tiene para establecer lazos con Israel y el gobierno de Benjamin Netanyahu y ponerlos como socios prioritarios de un agente tan poderoso, de hecho fue David Hatchwell el que logró que el presidente de Israel recibiera a Santiago Abascal a través de sus contactos con Amichai Chikli, ministro de la Diaspora judía, que fue quien participó en Madrid en el acto de la extrema derecha española con sus socios internacionales.
Recuerden todo esto cuando vean a Martínez Almeida, Ayuso, Mazón o Abascal defendiendo el sionismo y negando el genocidio, no se lo tengan en cuenta, no son principios, solo están al servicio de un empresario como Hatchwell. Agachando la cabeza, pagando deudas. El dinero tiene muchos criados.