Hay quien considera que las almendras se acercan a la perfección, que son una especie de superalimento porque lo tienen (casi) todo. No es de extrañar que sean unos de los frutos secos más populares del mundo.
Las almendras son muy nutritivas y ricas en antioxidantes, grasas saludables, vitaminas y minerales. Se pueden comer crudas o fritas y asadas, como vamos a ver a continuación; y se utilizan además para fines cosméticos aparte de los culinarios.
En la cocina, las almendras se usan como aderezo y para salsas, así como para elaborar numerosos dulces. Para muchos de estos casos se requiere tostar las almendras. Hoy es muy fácil encontrar almendras tostadas en el mercado, pero también es posibles tostar las almendras en casa y además no entraña dificultad.
En la actualidad, España es el segundo país productor de almedra, por detrás de EEUU. En España, la mayor parte de las variedades de almendra son de cáscara dura o muy dura, confiriendo al fruto gran protección frente a agresiones externas (insectos, climatología, plaguicidas), según Almendrave, Agrupación de Exportadores de Almendra y Avellana de España.
Cómo tostar almendras en el horno
Veamos paso a paso cómo se asan las almendras en el horno para que queden perfectas, que no se queden secas y que no se quemen.
1. Puedes usar almendras con piel o sin ella. Lo habitual el tostarlas sin piel. En el caso de que tengas que quitársela, lo recomendable es que las escaldes un día antes para que estés completamente secas cuando las metas al horno. Se trata de meterlas unos minutos en agua hirviendo y al sacarlas podrás retirar la piel de manera muy sencilla.
2. Pon un papel de horno sobre la bandeja y extiende bien las almendras. Añade la sal en este momento si quieres o déjalo para cuando las saques, tú eliges. Mejor, sal gorda. Precalienta el horno a una temperatura de entre 180 y 200 grados e introduce la bandeja. Al cabo de unos pocos minutos (tendrás que vigilar) saca la bandeja para poder dar la vuelta a las almendras para que se puedan tostar bien por todas partes.
3. Apaga el horno cuando veas que empiezan están doradas y ten mucho cuidado porque se pueden quemar fácilmente.
Hay quien opta por asar las almendras en la sartén, pero con un poco de aceite. Otras personas lo hacen en el microondas, pero hay que humedecerlas porque suelen quedarse algo resecas.
Beneficios de las almendras para la salud
Veamos algunas de las propiedades que tienen estos frutos secos.
1. Gran cantidad de nutrientes: las almendras tienen un perfil nutricional impresionante. Una ración de 28 gramos de almendras contiene:
- Fibra: 3,5 gramos.
- Proteínas: 6 gramos.
- Grasa: 14 gramos (9 de los cuales son monoinsaturados).
- Vitamina E: 37% de la ingesta diaria recomendada (IDR).
- Manganeso: 32% de la IDR.
- Magnesio: 20% de la IDR.
- También contienen una cantidad decente de cobre, vitamina B2 (riboflavina) y fósforo.
Aporta 161 calorías y 2,5 gramos de hidratos de carbono digeribles. Las almendras también tienen un alto contenido de ácido fítico, una sustancia que se une a ciertos minerales e impide que se absorban.
Aunque el ácido fítico se considera generalmente un antioxidante saludable, también reduce ligeramente la cantidad de hierro, zinc y calcio que se obtiene de las almendras, según Heathline.com.
2. Fuente de antioxidantes: las almendras son una fantástica fuente de antioxidantes, que ayudan a proteger contra el estrés oxidativo, que puede dañar las moléculas de las células y contribuir a la inflamación, el envejecimiento y enfermedades como el cáncer. Los potentes antioxidantes de las almendras se concentran en gran medida en la capa marrón de la piel.
3. Tienen mucha vitamina E: la vitamina E es una familia de antioxidantes liposolubles. Estos antioxidantes tienden a acumularse en las membranas celulares del cuerpo, protegiendo las células del daño oxidativo. Las almendras son una de las mejores fuentes de vitamina E del mundo, ya que solo 28 gramos proporcionan el 37% de la IDR. Varios estudios han relacionado un mayor consumo de vitamina E con menores índices de enfermedades cardíacas, cáncer y Alzheimer.
4. Ricas en magnesio: las almendras son extremadamente ricas en magnesio, un mineral que muchas personas no consumen lo suficiente. Un consumo elevado de magnesio puede ofrecer importantes mejoras para el síndrome metabólico y la diabetes de tipo 2.
5. Pueden reducir el colesterol: comer uno o dos puñados de almendras al día puede ayudar a lograr leve reducción del colesterol "malo", lo que podría reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
6. Saciante: aunque los frutos secos son bajos en carbohidratos, tienen un alto contenido en proteínas y fibra. Los estudios demuestran que comer almendras y otros frutos secos puede aumentar la sensación de saciedad y ayudar a ingerir menos calorías.
En definitiva, las almendras contienen muchas grasas saludables, fibra, proteínas, magnesio y vitamina E. Pueden reducir los niveles de azúcar en la sangre, la presión arterial y los niveles de colesterol. También sacian el hambre y pueden por tanto favorecer la pérdida de peso. ¿El alimento perfecto?
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