¿Por qué buscamos nuestros síntomas en Google, sabiendo que no está bien hacerlo, que no es precisamente lo más adecuado para tranquilizarnos? ¿Por qué siempre pensamos en algo malo como puede ser un cáncer o una enfermedad degenerativa?
Puede que todas estas preguntas tengan unas respuestas más sencillas y "normales" de lo que pensamos. Porque no es nada malo ni fuera de lo común sentir esas ganas de ir a Internet a ver qué tenemos. Aunque hacerlo no sea la solución más adecuada.
De hecho, "el 88 % de las personas en España se diagnostican a partir de buscar sus síntomas por Internet, según una encuesta publicada por Lenstore, en octubre de 2020, en plena pandemia del COVID-19. Y es que el coronavirus no ha hecho más que acrecentar nuestra preocupación por la salud.
"Probablemente cuando no teníamos tan fácil acceso a la información, nuestra tolerancia a la incertidumbre era mayor", afirma a laSexta.com la psicóloga Laura Palomares, directora de Avance Psicólogos.
Antes de la era de internet, "acudíamos al médico, consultábamos en la farmacia y esperábamos la información sin paralizar nuestra vida delante de una pantalla. Pero en la actualidad apenas damos tiempo a obtener información por otros medios que no sea a golpe de click, desde cualquier dispositivo con acceso a internet", añade.
Y precisamente esa facilidad para acceder a cualquier información, "hace que acabemos consultando Internet para casi todo. Incluido cuestiones de salud, cosa muy difícil de responder de este modo".
Sin embargo, qué duda cabe que todo esto, señala Palomares, "tiene sus ventajas, pero es bueno poner el filtro y saber que no toda la información que encontremos es fiable". Porque inmediatez no es sinónimo de fiabilidad". Y mucho menos en cuestiones de salud donde todo es personalizado.
Buscar la tranquilidad, sentir que tenemos el control
Y así, por ese acceso rápido a la información que tenemos hoy en día en la que buscamos respuestas enseguida, también queremos enseguida tener u obtener, en este caso, la tranquilidad que buscamos en ese momento. Queremos rápidamente "solucionar" ese pensamiento que nos agobia.
"Cuando tenemos algún síntoma nuevo en el cuerpo solemos asustarnos rápidamente y puede surgir en nosotros la preocupación en forma de pensamiento catastrófico: ¿Y si es algo grave? Ese pensamiento nos provoca una reacción de ansiedad que intentamos aliviar rápidamente buscando en Internet para encontrar soluciones rápidas", explican a laSexta.com las psicólogas Cecilia Martín Sánchez y Marina García Fuentes, directoras del Instituto de Psicología Psicode (con sede en Madrid, Alicante y Valladolid).
Pero como no podemos hacer un diagnóstico en base a un sólo síntoma. Así, si empezamos a leer en artículos o en foros en Internet "que lleva nuestro síntoma y que coincide con una enfermedad grave, nuestra ansiedad será aún mayor. Y empezaremos a notar otros nuevos que antes no teníamos: síntomas propios de la ansiedad: taquicardias, dificultades para respirar, dolores de cabeza, sensación de irrealidad, tensión muscular, etc".
Y así podemos entrar en un círculo vicioso: "Si en la primera búsqueda en Internet ya estábamos preocupados, en las siguientes lo estaremos aún más", apuntan las expertas. Por ello, es importante ser conscientes de que hacer esto no es la solución, que no nos va a dar la tranquilidad que buscamos.
Por otro lado, también es importante destacar la sensación de control que queremos tener como seres humanos. "De las situaciones que peor llevamos es la incertidumbre, es decir, no tener control y sentirse inseguro con lo que va a pasar a corto y medio plazo", aseguran Martín y García.
Y esto ocurre "porque tenemos una muy baja tolerancia a no tener respuestas. La mayoría de la gente busca en Internet aún sabiendo que se van a poner nerviosos con lo que lean, pues aparece información muy alarmante. Pero necesitamos tener respuestas, porque no toleramos no tenerla", explican.
Aquí contamos las claves para reprimir las ganas de buscar nuestros síntomas.
Diferencias con la hipocondría
A pesar de todo, incluso del aumento de la preocupación por la salud a raíz del 2020, tal como explicaba la psicóloga Ana Luque, del centro de psicología Área Humana, para la mayoría de personas esas consultas que hacemos en Internet sobre nuestros síntomas, no supondrá ningún problema. Ningún problema grave.
Otra cosa diferente es cuando esta preocupación y estas conductas interfieren en nuestra vida. Ahí estaríamos hablando de hipocondría. Tal como lo define el DSM-V, "la hipocondría o ansiedad por enfermedad es un trastorno mental cuyo principal síntoma es el miedo a tener o contraer una enfermedad grave".
De este modo, explican Martín y García, "las personas con hipocondría buscan continuamente información en Internet y suelen acudir continuamente al médico a realizarse pruebas médicas que les alivie la ansiedad que les generan sus miedos".
También suelen estar alerta a cualquier señal que note en su cuerpo. Esto es, "fijan la atención en alguna pequeña molestia y cuando focaliza la atención en ella, el síntoma se intensifica y lo nota mucho más. Además, imagina siempre que su enfermedad es la peor que pueda tener, normalmente enfermedades con mal pronóstico e invierte tiempo en buscar sus síntomas en internet".
Sin embargo, es importante saber que con el tratamiento psicológico adecuado, este trastorno se puede tratar y las personas que lo sufren pueden disminuir considerablemente mucho la ansiedad que generan esos miedos y preocupaciones irracionales. "Es importante que sepan que sí, que tiene solución", finalizan.
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