El glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo. Se trata de una enfermedad que daña el nervio óptico de forma permanente, cuya causa más importante es tener alta la presión ocular (o hipertensión ocular). Se estima que más de 1 millón de personas lo padece en España, pero hasta la mitad lo desconoce.
Una de las cosas más importantes que hay que saber sobre esta enfermedad para poder prevenir el riesgo es que es totalmente asintomática (de ahí que el 50% de las personas que lo padecen no lo sepan hasta que ya es demasiado tarde)", explica con motivo del Día Mundial del Glaucoma (12 de marzo), la Dra. Valeria Opazo, experta en glaucoma del Hospital Sanitas CIMA.
Por ello es importante conocer cuáles sus las causas o los factores que aumentan el riesgo de esta enfermedad para así poder prevenirla. Porque -tal como expusimos en el este artículo- si se detecta a tiempo, más del 90% de los casos se controlan.
El tipo más común de glaucoma no produce dolor, ni enrojecimiento, ni sensación de presión ocular, ni picor, ni mala visión, salvo en fases terminales, de ahí que se le denomine 'la ceguera silenciosa'
Existen diferentes tipos de glaucoma, según su origen y su amplitud angular. El más habitual es "el glaucoma primario de ángulo abierto o glaucoma crónico simple y es asintomático", asegura el Dr. Fernando López, responsable de la Unidad de Glaucoma del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla.
"No produce dolor, ni enrojecimiento, ni sensación de presión ocular, ni picor, ni mala visión, salvo en fases terminales, de ahí que se le denomine 'la ceguera silenciosa'", añade el doctor.
Normalmente, el glaucoma suele aparecer a partir de los 40-45 años y en algunos casos suele derivar por un antecedente familiar, por lo que en primer lugar, debemos destacar el factor genético.
Los factores de riesgo del glaucoma
"Se trata de una enfermedad con un importante componente genético: una persona con antecedentes familiares de glaucoma directos (hermanos o padres) tiene hasta nueve veces más riesgo de padecerlo que una persona sin ellos", explica el experto.
Por lo que, en ese caso, la recomendación para pacientes que tengan un familiar afectado por glaucoma "es acudir al oftalmólogo a partir de los 40 años para poder hacer un seguimiento individualizado de cada caso", explica el doctor López.
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Pero además, existen otros factores que tienen riesgo potencial de desencadenar un glaucoma. Ellos son, tal como expone la doctora Opazo:
- Edad avanzada
- Presión intraocular elevada (o hipertensión ocular)
- Utilización de corticoides
- Traumatismos oculares
- Otras patologías oftalmológicas
"De todos estos factores de riesgo, el único que en la actualidad somos capaces de modificar es la presión intraocular elevada", expone la experta; por lo que en este sentido, "la detección precoz es clave para poder implementar un plan de tratamiento destinado a ralentizar al máximo la progresión de la enfermedad". Porque -añade- "cuanto antes se diagnostique la enfermedad, menos visión se perderá y tendremos mayores probabilidades de controlarla correctamente".
De todos los factores de riesgo, el único que en la actualidad somos capaces de modificar es la presión intraocular elevada. La detección precoz es clave para disminuir la pérdida de visión
Y la única forma de detectarlo es "mediante una exploración oftalmológica completa en la que el oftalmólogo determina el 'estado de salud' del nervio óptico y la presencia de posibles situaciones de riesgo que pueden dañarlo", expone López.
Su diagnóstico por tanto, "requiere de un estudio en profundidad de la forma y color del nervio óptico, el campo visual completo, el espesor corneal y, sobre todo, conocer y ver la evolución de la presión intraocular", añade Opazo. Por ello, las revisiones oftalmológicas son fundamentales.
También, desde el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE)quieren incidir en la necesidad de "acudir a las revisiones oftalmológicas, pues es la única manera de detectar de forma precoz la aparición del glaucoma, ya que, en general, es una enfermedad que no presenta síntomas y la pérdida de visión se produce de una manera tan progresiva que apenas es perceptible".
Una vez diagnosticado, "para conseguir detener o ralentizar el avance del glaucoma es preciso establecer un valor para la presión intraocular de cada paciente. Este valor individual es el que debemos tratar de conseguir para detener la progresión de la enfermedad", explica la experta. Y para ello se disponen de diferentes opciones como "el empleo de colirios, la colocación de válvulas especiales, el tratamiento con láser... o en último caso, la cirugía", concluye la doctora.