Bethany Thompson, una niña de 11 años, le detectaron un tumor cerebral cuando tenía tres años y lo combatió con tratamiento de radiación. En 2008 quedó libre de cáncer, pero el tratamiento le provocó daño en los nervios. Se quedó con la "sonrisa torcida", y este fue el motivo por el cual sus compañeros le hacían bullying.

"Mi hija le confesó a su mejor amiga que no podía aguantar más e iba a acabar con su vida", declaró a CNN la madre, Wendy Feucht. El padre de su amiga llamó a la madre, pero fue demasiado tarde. Bethany se pegó un tiro, con un arma que encontró en su casa, el 19 de octubre.

La madre indicó que el colegio estaba al tanto del acoso que sufría su hija. "El último año escolar, los funcionarios del distrito investigaron una queja de la estudiante y resolvieron la misma. Este distrito está llevando a cabo esfuerzos para reforzar la lucha contra el acoso", dijo Chris Piper, superintendente del Distrito Escolar.

Han recibido apoyo de toda la comunidad, 400 personas se reunieron en una iglesia recaudar fondos para el funeral. La familia planea utilizar los fondos restantes para establecer un fondo de becas en nombre de Bethany y para sensibilizar a la comunidad contra el bullying.