La primera vaquilla de la tarde, el mozo la recorta, se lanza a la grada y la res con él, detrás. Los espectadores gritan, pero en medio de la confusión hay quien no se achanta y agarra al animal para que no siga avanzando por la grada.

Un señor con la camisa azul agarra al animal y a él se unen poco a poco otros asistentes. Al final, son decenas de personas las que forcejean con la vaquilla, la empujan hacía abajo, pero nada, está atascada. Por fin, con refuerzos, la lanzan de nuevo al ruedo.

La fiesta continúa, varias compañeras pasan por el ruedo, pero media hora después sale la última vaquilla del festejo, recorte del mismo mozo y de nuevo, arriba, salta a la grada por el mismo lugar que la primera.

Misma reacción de los asistentes, parar a la vaquilla para que no avance, pero esta segunda vez se lo toman con otro humor, de nuevo, tras el forcejeo de la grada, la vaquilla es devuelta al ruedo. El festejo terminó minutos después y aunque no hubo heridos graves más de uno acabó bastante magullado, incluidas, las propias vaquillas.

Desde el Ayuntamiento de Santacara dicen que las barreras estaban perfectamente colocadas, que no hay que revisar la instalación y que las grandes responsables del salto fueron las propias reses.