Este año, debido a la creciente indignación ciudadana por esta fiesta y a la caída del negocio de la carne de perro, muchos comerciantes han optado por vender estos animales de compañía a Xiaoyun, en vez de sacrificarlos. Yang refleja el descontento ante este festival que comparten con ella cada vez más millones de chinos, en un país donde se cree que al menos 30 millones de hogares tienen perros como mascota.

"Quiero difundir el amor de la gente a los perros mediante la construcción de refugios para estos animales y abriendo restaurantes vegetarianos", señaló Yang al rotativo oficial chino, y añadió que la celebración de eventos contra el consumo de carne de perro no es un método eficaz.

No obstante, las autoridades chinas rechazaron su plan para construir un refugio para perros en Yulin y Yang se ha visto obligada a establecer una casa de acogida temporal para canes en una carretera remota, desde donde transportará a los perros a su ciudad natal de Tianjin.

El Festival de Yulin comenzó a popularizarse en 1995, cuando los vendedores de una famosa calle de restaurantes de la ciudad colocaron carteles que decían: "Bienvenidos al festival de carne de perro", según explicó Wei Wanli, un empleado de la oficina veterinaria de Yulin. La costumbre tomó más fuerza desde 2009, cuando un plato con carne de perro ganó un festival gastronómico de la ciudad.