Él, teniente de navío, ella, marinero, se encontraban con otros militares celebrando la nochevieja de 2013 en un destacamento en Alborán, a casi 100 kilómetros de la costa de Almería, cuando él comienza su presunta agresión, según cuenta una de las amigas de la marinero.

A la mañana siguiente, la marinero denuncia pero durante días, sus superiores la ignoran, según escribió ella misma en una carta dirigida al ministro de Defensa. "Le conté todo lo ocurrido a mi superior y este hizo caso omiso y le dijo que me diera tranquilizantes y me convenciera de que permaneciera en la isla y no hizo nada por evacuarme".

Y eso a pesar, según ella, de una supuesta agresión que le ha dejado importantes daños y que le hace vivir con miedo porque ha recibido amenazas.

El ministerio de Defensa ha evitado manifestarse sobre un caso que está todavía en proceso judicial. La supuesta agredida cuenta ya con la solidaridad de algunos grupos políticos que denuncian inacción en el ejército.