"No es adecuado que
entren al país artistas que hayan tenido comportamientos inadecuados",
indicó la Oficina Municipal de Cultura de Pekín en un comunicado publicado esta
semana que respondía a la petición de un fan para que Bieber pudiera actuar en
China.
"Bieber es un joven
cantante con mucho talento, pero también polémico, y como figura pública ha
tenido una serie de comportamientos poco adecuados en su vida social, tanto en
el extranjero como dentro de China", se explica en la nota.
El país no ha permitido
por ahora que el cantante, de 23 años, actúe en los escenarios chinos "con
el fin de regular el orden de las actuaciones y purificar el ambiente de
éstas", se añade en el documento publicado en la web oficial del departamento
de cultura pequinés. Éste se concluye con el deseo de que "Justin Bieber
pueda mejorar sus palabras y comportamientos mientras madura y se convierte en
un verdadero cantante pop".
China ha vetado la
entrada de numerosos artistas internacionales en el pasado, aunque es muy poco
habitual que las autoridades expliquen la razón de esos vetos, como sí han
hecho con Bieber.
Artistas como la islandesa Bjork (que gritó consignas a favor de un Tíbet independiente en un concierto en Shanghái), Bon Jovi, Oasis o Guns N'Roses han tenido problemas con las autoridades chinas e incluso han sufrido cancelaciones de conciertos a última hora por desavenencias políticas con el régimen comunista.
Bieber no ha actuado
nunca en China, aunque sí ha visitado el país para promocionar sus discos y en
2013 causó cierta polémica al recorrer la Gran Muralla y hacerse fotos siendo
llevado a cuestas por sus guardaespaldas.
Sin embargo, la mayor
polémica de Bieber con China la protagonizó un año después, cuando visitó en
Tokio el santuario Yasukuni, un lugar harto impopular en otros países de Asia
Oriental porque homenajea, entre otros, a criminales de guerra en la época en
la que el Ejército nipón invadió territorio chino.