IGLESIAS
Iglesia de San Pablo de Valladolid: ¿sabías que en este templo fueron bautizados Felipe II y Felipe IV?
Viajamos hasta Valladolid para conocer todo lo que esconde una de sus construcciones más sorprendentes.

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Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Valladolid, donde encontramos una gran cantidad de edificios, monumentos y rincones verdaderamente sorprendentes y espectaculares. Un claro ejemplo lo encontramos en la Iglesia conventual de San Pablo, considerada como una de las construcciones más significativas de la capital de Castilla y León.
Está situada en la céntrica Plaza de San Pablo, donde también encontramos otros impresionantes edificios como es el caso del Palacio Real o el Palacio de Pimentel. Cabe destacar que esta iglesia está adosada al colegio de San Gregorio, fue construida entre los años 1445 y 1616 y pertenece a la orden de los dominicos. Entre las curiosidades a destacar, en este templo fueron bautizados Felipe II y Felipe IV, y también fue visitada por Napoleón Bonaparte.
Iglesia de San Pablo de Valladolid, a través de su historia
Para conocer su origen debemos viajar al año 1276, cuando el Convento de San Pablo de Valladolid fue fundado por la reina Violante de Aragón, esposa de Alfonso X el Sabio. Con posterioridad, la reina María de Molina hizo grandes esfuerzos para que se llevara a cabo la construcción formal del convento, ubicado en un solar en el norte de la ciudad que fue cedido por el Concejo de los dominicos.

A pesar de todo, no fue hasta la etapa comprendida entre 1445 y 1468 cuando el cardenal fray Juan de Torquemada, tío del inquisidor Tomás de Torquemada, decidió sufragar las obras para la construcción de esta iglesia, gracias a las bulas papales. A su muerte, el obispo fray Alonso de Burgos fue mecenas del convento, por lo que fue él quien costeó el claustro, el refectorio, las portadas del crucero, el anejo colegio de San Gregorio y, por si fuera poco, también su capilla funeraria.
No fue hasta 1550 cuando el cardenal García Loaysa, confesor del Emperador Carlos, ordenó construir la sacristía, que está perfectamente cubierta con una bóveda estrellada decorada con escudos de la orden, así como con diversas figuras de santos dominicos. Años más tarde, concretamente en 1601 y coincidiendo con el traslado de la capital del Imperio a Valladolid, el duque de Lerma, que era valido de Felipe III, se convirtió en patrono de la iglesia. Fue él quien costeó la fachada principal, pero también dotó al convento de grandes obras de arte.

En esta Iglesia de San Pablo de Valladolid fueron bautizados los reyes Felipe II y Felipe IV. Respecto al hijo del Emperador Carlos, hay una leyenda que dice que, por una de las ventanas del Palacio de Pimentel de la que cuelga una cadena, fue sacado al nacer para que fuese bautizado en este templo. Al parecer, si hubiese salido por la puerta del palacio, tendría que haber sido bautizado en la cercana iglesia de San Martín.
En el siglo XIX, durante la invasión francesa, las tropas de Napoleón profanaron esta iglesia y provocaron grandes daños en el templo. Algo que, junto a la histórica Desamortización de Mendizábal, hizo que el conjunto experimentara un considerable deterioro. Las dependencias conventuales fueron transformadas en presidio y solamente quedó en pie la iglesia. Cabe destacar que, en 1968, esta iglesia sufrió un incendio y, en los años posteriores, se llevó a cabo un intenso proceso de restauración.
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