Una vuelta al mundo sin olvidarse de mamá

No son pocos los que deciden que ya es hora de dar rienda suelta a su pasión viajera y lo dejan todo para echarse la mochila al hombro y comenzar a patearse el planeta. Son personas en busca de aventuras, de nuevas experiencias y, sobre todo, de enriquecerse con todo lo que conlleva un viaje. Sin embargo, su nueva vida debe ser compatible con la que dejan atrás, especialmente con la familia y amigos que estarán allí cuando regrese, tarde el tiempo que tarde.

Uno de esos viajeros es Jonathan Quiñonez, un joven que trabajaba en Bruselas como modelo y que un buen día decidió que no tenía ganas de seguir en el mundo de la moda y las pasarelas y que tenía que ver mundo (al menos, no viajando de Semana de la Moda en Semana de la Moda, sino viendo paisajes, ciudades, gente...). Se compró un billete para ir a Cuba solo de ida y tuvo claro que la isla caribeña iba a ser la primera de las muchas paradas que hiciera.

Claro que las comunicaciones en Cuba no son tan buenas como uno quisiera y, sobre todo, al chico le costaba contactar con su madre para tranquilizarla de que su aventura, sobre todo cuando estaba recién comenzada, iba bien y que él estaba perfectamente. ¿Su solución? Abrirse una cuenta en Instagram específicamente para decirle a su madre que estaba bien.

Dicho y hecho, el nombre de la cuenta no pudo ser más claro: @momiamfine, que viene a significar 'Mamá, estoy bien'. Es este mismo mensaje el que aparece en cada foto, sobre todo en letreros que él mismo sostiene en sus manos. Pero no se limita a mostrar sin más que está bien, sino que ha querido darle un toque divertido e incluso artístico a estos mensajes, por lo que en cada foto posa de una manera diferente y en todo tipo de situaciones, ¡incluso tirándose en paracaídas!

Tan original que su cuenta ya se ha convertido en todo un éxito. En apenas un par de meses, Jonathan tiene ya más de 27.700 seguidores, todo un récord para alguien que no es famoso. Esto ha permitido ver su periplo, que continúa por América, pues desde Cuba se marchó a México y de ahí ha ido recorriendo Panamá, Colombia y Costa Rica, entre otros países.

Le hemos visto en canoas, en estadios de fútbol, sostenido por militares bocabajo, con vendedores ambulantes, buceando, en playas y selvas... Imposible aburrirse con un periplo como el suyo.

Además, el viaje en sí es mucho más que una aventura, ya que la idea de Jonathan es ir consiguiendo poco a poco financiación para los siguientes destinos, de ahí que durante su viaje esté realizando todo tipo de actividades. Con 27 años, él es la envidia de muchos jóvenes. Su madre, seguro, piensa diferente...