CUEVAS
Eisriesenwelt: la cueva de hielo más grande del planeta está en Austria
Túneles helados de tonos azulados, formaciones de hielo que cambian con el tiempo y un ambiente frío y teatral te esperan en las cuevas de Eisriesenwelt.

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Los viajeros más aventureros siempre tienen ganas de descubrir lugares nuevos, de esos que nada tienen que ver con edificios que tocan el cielo o monumentos con siglos de historia. Este tipo de viajeros, y entendemos que tú formas parte de ellos, gustan de explorar playas salvajes, junglas, volcanes o cuevas. Y precisamente una cueva es la que protagoniza estas líneas: la de Eisriesenwelt, la cueva de hielo más grande del mundo.
Para visitarla tendrás que dirigirte a Austria, concretamente a la localidad de Werfen, en lo más profundo de los Alpes. Allí se esconde un mundo subterráneo que bien podría valer para ambientar cualquier novela fantástica, pues sus 42 kilómetros descubiertos dan para eso y mucho más.
Eisriesenwelt, que en alemán significa 'el mundo de los gigantes de hielo', es un monumental sistema de cuevas heladas al que se accede desde las laderas del macizo Tennengebirge. Su entrada está a más de 1.640 metros de altitud y para llegar hasta ella hay que combinar un trayecto en coche con un recorrido en teleférico y una pequeña caminata que ofrece unas vistas increíbles del valle del Salzach.
El paisaje que el viajero observa hasta llegar a las cuevas es vertiginoso y el interior de éstas, fascinante. Salas, pasadizos, formaciones heladas que cambian con el paso de las estaciones y de los años. La parte más espectacular se encuentra al principio del recorrido, pues es ahí donde las bajas temperaturas conservan columnas, cascadas congeladas, arcos translúcidos y diferentes tipos de estructuras de hielo azuladas que cautivan a cualquiera.

Si bien la cueva tiene millones de años, las formaciones de hielo no son las mismas siempre. Y es que allí sucede un curioso fenómenos natural que hace que el aire frío entre en la cueva, quede atrapado y genere una cámara de frío natural. Cuando las temperaturas suben fuera, también lo hacen dentro. Así, las formaciones rocosas se descongelan para volver a aparecer después.
Contemplar todo esto es por sí mismo una gran aventura. Pero lo es más si se tiene en cuenta que la cueva de Eisriesenwelt no cuenta con iluminación artificial, de modo que los excursionistas, en compañía del guía, deben alumbrase con lámparas de carburo, lo que genera un ambiente teatral en el que las sombras danzan sobre el hielo.
La visita a las cuevas austriacas de Eisriesenwelt dura unos 75 minutos, de modo que es necesario llevar ropa de abrigo incluso en verano, pues incluso en los meses de verano la temperatura en el interior ronda los 0ºC. De hecho, en invierno está cerrada por temas de seguridad y no puede visitarse. Así, si quieres verlas, tendrás que ir entre mayo y octubre.
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