El bosque encantado de Yakushima

El paisaje de la pequeña isla de Yakushima es único. Situada al sur de Japón, dentro del grupo de las islas Ōsumi, tiene muchos sobrenombres, como la 'isla del diluvio eterno' o 'la isla en la que llueve 35 días al mes'. Algo exagerados pero que responden a una realidad: una increíble pluviosidad que le permite presumir de uno de los bosques húmedos más fascinantes del planeta. Recorrerlo es sentir que se está dentro de un cuento. Sobre sus laderas pueden caer entre 4.000 y 10.000 milímetros cúbicos de agua de lluvia anuales por metro cuadrado. Su monte principal, el Miyanoura, es todo un atraparrayos de nubes de lluvia. La humedad, el musgo, los hongos se alían con una especie de árbol conocida como Sugi para crear una escenografía especial que puede ser visitada y recorrida. En concreto, hay 15 rutas marcadas para amantes del senderismo y el montañismo. Las más popualres son los caminos de Arakawa, Kusugawa y Yodogawa, respectivamente, ya que recorren el interior de la isla y permiten acercarse tanto al bosque de Jomon Sugi, repleta de los árboles autóctonos, como acercarse a Miyanoura. Y como la isla tiene muchas zonas de acampada, así como seis refugios repartidos por el interior, es fácil vivir 24 horas en plena Naturaleza. Con 132 kilómetros de perímetro y una superficie algo mayor de los 500 km2, está habitada y es todo un ejemplo de protección ambiental. La electricidad en la isla está producida por una central hidroeléctrica con superávit energético, que se usa para producir un hidrógeno con el que la firma Honda, por ejemplo, prueba allí sus motores de última generación desarrollados para que funcionen con este gas. A la isla se accede exclusivamente por avión. Hay vuelos desde Kagoshima, en cuyo recorrido se sobrevuela el volcán Sakurajima, así como desde Osaka. Libre de emisiones de gases de efecto invernadero, hacer senderismo allí implica respirar el aire más puro del planeta.