PLANES DE NAVIDAD
Los pueblos nevados mas bonitos de España para viajar en invierno
Diciembre se está acercando cada vez más y, con él, las ganas de hacer escapadas y planes que fusionen la naturaleza con la belleza patrimonial, todo cubierto por una capa de nieve, como si saliese de una película navideña. ¡En Viajestic te hacemos una lista de los pueblos que no te puedes perder si amas la nieve!

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El invierno ya está aquí y con él llegan los planes en familia, desde deslizarse por algunas de las mejores pistas de esquí de España hasta descubrir pueblos llenos de encanto. Si los deportes de riesgo no son lo tuyo, no te preocupes porque hemos preparado una selección de destinos donde podrás disfrutar de patrimonio histórico y paisajes naturales.
Vielha, Lleida
Vielha, capital del Valle de Arán, se encuentra abrazada por el Pirineo y muy cerca de la frontera con Francia. Su ubicación privilegiada ofrece paisajes que parecen irreales, con altas montañas y atravesado por el río Garona. Gracias a su altitud, la nieve está presente todos los años, convirtiendo a Vielha en un destino ideal para quienes buscan escapadas invernales.
Este pueblo tiene raíces medievales y durante siglos estuvo relativamente aislado, lo que permitió conservar un rico legado cultural. Su lengua oficial, el aranés, y las tradiciones y arquitecturas características del Pirineo reflejan esta identidad tan especial. Entre sus monumentos más destacados se encuentran el puente medieval, perfecto para fotos de postal, y la iglesia de Sant Miquèu, que preside el corazón del casco histórico.
Para disfrutar de la nieve, Vielha ofrece múltiples opciones: paseos por sus calles al sonido del río, esquí en la cercana estación de Baqueira Beret, rutas por miradores y relajación en baños termales tras un día frío. Además, los restaurantes locales permiten degustar platos típicos de montaña en un ambiente cálido, completando la experiencia invernal.
Benasque, Huesca
Benasque se encuentra en el Pirineo aragonés, dentro de la comarca de Ribagorza, rodeado de algunas de las cumbres más altas de los Pirineos, incluyendo el Aneto. Su ubicación lo convierte en un punto estratégico para turismo de montaña y deportes de invierno, con paisajes de prados, bosques y ríos que invitan a recorrerlos a pie o en esquí.
El casco histórico conserva todo el encanto del Pirineo: calles empedradas, casas de piedra y madera, palacios y edificios religiosos como la iglesia parroquial de Santa María. Benasque ha sido históricamente un lugar de paso para montañeros y pastores, y mantiene vivas las tradiciones locales como la artesanía y festividades propias del valle.
En invierno, Benasque se transforma en un destino ideal para disfrutar de la nieve, especialmente con la estación de esquí de Cerler a pocos minutos. Los visitantes pueden combinar actividades de montaña con paseos por el casco histórico, rutas de senderismo, y gastronomía típica de montaña, como guisos, embutidos y postres tradicionales.
Ochagavía, Navarra
Ochagavía, en el Valle de Salazar, es uno de los pueblos con más encanto del Pirineo navarro. Rodeado de montañas, prados y bosques, ofrece una atmósfera perfecta para disfrutar de la naturaleza y la ruralidad. Sus casas de piedra y tejados inclinados, junto a las calles empedradas conservan la arquitectura tradicional de la zona.
Históricamente, Ochagavía fue un importante centro de comercio y ganadería durante la Edad Media. Su puente medieval y la iglesia fortaleza de San Juan Evangelista son testigos de su pasado, mientras que sus danzas y celebraciones tradicionales reflejan la identidad única del valle.
Cuando nieva, el pueblo adquiere un encanto especial. Se pueden recorrer senderos y rutas hacia el Bosque de Irati, uno de los hayedos-abetales mejor conservados de Europa, o pasear por las calles empedradas y perderse en una fusión de historia, naturaleza y vida rural.
Albarracín, Teruel
Albarracín está enclavado en un paisaje que combina cañones, pinares y formaciones rocosas singulares, ideal para quienes disfrutan de la montaña y la escalada. Su altitud favorece que en invierno el pueblo se cubra de nieve, creando un ambiente espectacular. Las calles empedradas y las fachadas rojizas se integran perfectamente con la capa blanca que las cubre.
Su historia es rica: fue un enclave estratégico bajo dominio musulmán y luego un señorío independiente durante la Edad Media. La muralla, la catedral y las casas nobiliarias narran un pasado defensivo que se mantiene vivo en el trazado urbano.
En invierno, Albarracín ofrece una experiencia invernal única, distinta del paisaje alpino. Pasear por el casco histórico cubierto de nieve, admirar murallas y torres heladas, disfrutar de miradores con vistas a la sierra y al río Guadalaviar, o recorrer rutas como el sendero fluvial de Guadalaviar, son planes ideales para familias y amantes de la naturaleza.
Uncastillo, Zaragoza
Uncastillo, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1966, es uno de los conjuntos medievales mejor conservados de Aragón. Situado entre colinas y dominado por el castillo de la Peña Ayllón, su casco histórico transporta al visitante a la Edad Media.
Su historia se remonta a época romana, alcanzando su esplendor en la Edad Media. Cuenta con un gran patrimonio románico, incluyendo iglesias y el Centro de Arte Religioso del Pirineo. La nieve potencia su encanto, haciendo que recorrer sus calles sea como leer un libro de historia.
Además de su riqueza cultural, Uncastillo ofrece gastronomía típica que reconforta en invierno: migas aragonesas, guisos de carne y legumbres, y productos locales que completan la experiencia de montaña y tradición.
Estos son solo algunos de los pueblos con más encanto para visitar esta Navidad, donde la cultura, la tradición y la nieve se unen para crear experiencias únicas ¿Te animas a descubrirlos?
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