ISLANDIA
Auroras, nieve y aguas termales: la escapada mágica que necesitas en Islandia
Muchas veces soñamos con visitar ciudades que nos atraen por su belleza cautivadora, por caminar entre bosques frondosos o por ver las auroras boreales, un fenómeno que parece irreal por los colores que iluminan el cielo.

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Islandia es un país de una belleza infinita, lleno de paisajes nevados y tesoros geológicos espectaculares. Entre ellos se encuentra Dimmuborgir, un campo de formaciones rocosas volcánicas que resulta imprescindible si te interesa la naturaleza más salvaje. Y, por supuesto, también están las auroras boreales, uno de los fenómenos más enigmáticos y mágicos que se pueden ver en el país. Pero en Viajestic también te traemos planes extra si tu idea es viajar a Islandia para disfrutar de este espectáculo natural.
Islandia vuelve a convertirse en uno de los destinos más deseados para esta época del año por quienes quieren quedar cautivados por la belleza que ofrece la naturaleza. Desde finales de septiembre hasta abril, el país reúne algunas de las mejores condiciones para observar auroras: cielos oscuros, una latitud ideal y enormes zonas libres de contaminación lumínica.
Los lugares más populares para verlas son los alrededores de Reikiavik, la península de Snæfellsnes, el lago Mývatn o la costa sur. Aun así, muchos viajeros recomiendan alejarse unos kilómetros de cualquier pueblo o ciudad para aumentar las probabilidades de avistamiento.
Además, si estás pensando en viajar ahora, estás de suerte: debido al aumento del ciclo solar, este año hay más probabilidades de ver auroras especialmente intensas y coloridas, haciendo que la experiencia sea todavía más inolvidable.
Planes extra
Uno de los planes imprescindibles en Islandia es relajarse en aguas termales naturales mientras observas paisajes volcánicos. Las más conocidas son Blue Lagoon y Sky Lagoon, ambas cerca de Reikiavik, perfectas para descansar después de un día de excursiones. Si buscas una experiencia más auténtica, los viajeros recomiendan lugares como Hrunalaug, Reykjadalur (el famoso río caliente) o Vök Baths, rodeados completamente de naturaleza.
La sensación de sentir el contraste entre el aire helado y el agua caliente, en un entorno virgen, crea un espacio de tranquilidad y desconexión absoluta.
Otro plan que no puedes perderte es visitar una cueva de hielo natural. No todos los días se puede entrar en un lugar creado de forma tan espectacular por la naturaleza. Además, cada invierno estas cuevas cambian su forma, por lo que cada visita es única e irrepetible. Las más famosas son las del glaciar Vatnajökull, el más grande de Europa, donde encontrarás túneles azulados, paredes de hielo cristalino y luz natural que se filtra creando un ambiente casi mágico.
Sabores del norte
La gastronomía islandesa también merece un lugar en tu viaje, con platos tradicionales que reconfortan en pleno invierno. No puedes irte sin probar la sopa de cordero, perfecta para entrar en calor, o el pescado fresco del día, como bacalao, salmón o trucha, preparado de forma sencilla pero deliciosa. El Skyr, un lácteo cremoso muy típico, es ideal para el desayuno, y el Kleinur, un dulce tradicional, acompaña perfectamente un café caliente tras una noche de auroras. Una manera deliciosa de conectar con la cultura islandesa a través de sus sabores más auténticos.
¿Te animas a vivir la magia de las auroras boreales?
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