PROCESO NATURAL

Encuentran evidencia que desmiente las teorías sobre el origen del agua en la Tierra

"Nos emocionamos muchísimo cuando el análisis reveló que la muestra contenía sulfuro de hidrógeno, ¡pero no donde esperábamos!", señalan los autores.

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Hay dos inicios. Uno, el primero, se remonta a 4 mil millones de años atrás, cuando el agua llegó a nuestro planeta. Y en este relato, la clave es comprender cómo llegó hasta la Tierra. El otro principio está fechado en agosto de 2020 cuando un estudio en Science identificó trazas de hidrógeno en 13 meteoritos de condrita de enstatita. Este tipo de cuerpos tienen una composición análoga a la de la Tierra primitiva (hace 4.550 millones de años).

Los autores del estudio, liderados por Barnard Marty, buscaron y analizaron materiales orgánicos y partes no cristalinas de los cóndrulos (objetos esféricos de tamaño milimétrico dentro del meteorito). Sin embargo, el resto no se analizó, lo que significa que no estaba claro si el hidrógeno que se detectó era nativo o se debía a contaminación terrestre.

Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Oxford ha llevado a cabo un nuevo análisis en uno de los meteoritos estudiados por el equipo de Marty y sus hallazgos ayudan a refutar la teoría popular de que el agua en la Tierra se originó a partir de asteroides que bombardearon su superficie.

Sin hidrógeno, un elemento fundamental del agua, habría sido imposible que nuestro planeta desarrollara las condiciones para albergar vida. El origen del hidrógeno, y por extensión del agua, en la Tierra ha sido objeto de un intenso debate, ya que muchos creen que el hidrógeno necesario fue transportado por asteroides desde el espacio exterior durante los primeros 100 millones de años de la Tierra. Sin embargo, estos nuevos hallazgos contradicen esta teoría, sugiriendo, en cambio, que la Tierra contaba con el hidrógeno necesario para crear agua desde su formación.

Los autores del nuevo estudio, publicado en Icarus y liderado por Thomas Barret, demuestran que el material que formó nuestro planeta era mucho más rico en hidrógeno de lo que se creía.

El análisis se centró en un meteorito conocido como LAR 12252, que impactó en la Antártida. Para ello utilizaron una técnica de análisis elemental denominada espectroscopía de Absorción de Rayos X Cerca del Borde (XANES)* en el sincrotrón Diamond Light Source de Harwell, Oxfordshire.

Imagen del meteorito LAR12252
Imagen del meteorito LAR12252 | ANSMET

El equipo de Barret sospechaba que podía haber cantidades significativas de hidrógeno unidas al abundante azufre del meteorito. Utilizando el sincrotrón, proyectaron un potente haz de rayos X sobre la estructura del meteorito para buscar compuestos que contuvieran azufre.

Al escanear la muestra, el equipo centró sus esfuerzos en las partes no cristalinas de los cóndrulos, donde ya se había encontrado hidrógeno. Pero al analizar el material justo fuera de uno de estos cóndrulos, descubrieron que la propia matriz era increíblemente rica en sulfuro de hidrógeno. De hecho, su análisis reveló que la cantidad de hidrógeno en la matriz era cinco veces mayor que en las secciones no cristalinas.

Al mismo tiempo, en otras partes del meteorito que presentaban grietas y signos de contaminación terrestre evidente (como óxido), el hidrógeno estaba presente en muy pocas cantidades o no se detectaba en absoluto. Esto hace muy improbable que los compuestos de sulfuro de hidrógeno detectados tuvieran un origen terrestre.

"Nos emocionamos muchísimo cuando el análisis reveló que la muestra contenía sulfuro de hidrógeno, ¡pero no donde esperábamos! – afirma Barret -. Dado que la probabilidad de que este sulfuro de hidrógeno provenga de contaminación terrestre es muy baja, este trabajo proporciona evidencia vital para respaldar la teoría de que el agua en la Tierra es nativa, es decir, un resultado natural de la composición de nuestro planeta".

Si tenemos en cuenta que la proto-Tierra (nuestro planeta hace miles de millones de años) estaba compuesta de un material similar a las condritas de enstatita, el estudio sugiere que, para cuando el planeta en formación alcanzó el tamaño suficiente como para ser impactado por asteroides, habría acumulado suficientes reservas de hidrógeno como para explicar la abundancia de agua actual de la Tierra.

"Una pregunta fundamental para los científicos planetarios es cómo la Tierra adquirió su aspecto actual – concluye James Bryson, coautor del estudio -. Ahora creemos que el material que construyó nuestro planeta, que podemos estudiar mediante estos raros meteoritos, era mucho más rico en hidrógeno de lo que pensábamos anteriormente. Este hallazgo respalda la idea de que la formación del agua en la Tierra fue un proceso natural, y no una casualidad de asteroides hidratados que bombardearon nuestro planeta tras su formación".

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