'Con los ojos abiertos' es el título del último episodio de 'Succession' y diría que hace referencia más a la expresión facial que mantiene el público viendo todo lo que pasa que al contenido de los 90 minutos de capítulo. La ironía, la sátira y las contradicciones están presentes en todo el episodio final (escrito por Jesse Armstrong y dirigido por Mark Mylod) que arranca con Kendall por un lado y Siobhan por otro tratando de asegurar los votos para su bando. ¿Y Roman?

Roman no ha logrado sobreponerse a "su fallo" en el funeral, es algo que le ha dejado marcado y que todo el mundo, además, se encarga de recordarle. Eso y ser el más frágil de los hermanos es lo que hace que esté directamente descartado para ser el sucesor, aunque quiera hacerlo, solo por conseguir de alguna manera la aprobación de su padre. Que realmente no tuvieron ninguno de los tres.

Kendall Roy (Jeremy Strong), Siobhan Roy (Sarah Snook) y Roman Roy (Kieran Culkin) en la cumbre en el Caribe previa a la junta de Waystar Royco.

Con el objetivo de conseguir el apoyo de Roman, los tres hermanos acaban un día antes de la votación de la junta en la casa de su madre en el Caribe. Si algo ha dejado claro 'Succession' es que no hay distancias cuando te mueves en avión privado. A pesar de que los tres tienen escenas tiernas que hacen pensar en nuevos momentos felices de lo hermanos unidos, las cosas cambian de un momento a otro. Y es el reflejo de esa contradicción del te quiero, pero te odio que domina las relaciones entre los hermanos Roy y también hacia sus padres. Brian Cox ya decía en la entrevista de promoción de esta cuarta y última temporada que Logan Roy "quiere a sus hijos -y se lo dice en la serie- les quiere, pero no son gente seria". Ninguno de ellos es serio y, sobre todo, no son de fiar ni siquiera entre ellos como para serlo para los de fuera.

Aunque no se convierte en el heredero, Greg es sin duda una pieza imprescindible porque es el gran desestabilizador gracias al doble juego que le lleva a servir a Tom, pero sin perder ninguna opción por si el plan principal falla. Eso es lo que le lleva a confiar a Kendall la bomba informativa que logra traducir con una aplicación en su móvil y es que Mattson ya no quiere a Shiv como CEO de la empresa cuando se formalice la compra.

Después de contarle esto a su hermana, Kendall se ve más confiado. Los hermanos parecen estar de acuerdo, a regañadientes, en que Kendall sea finalmente el elegido en un acuerdo en el que cada uno se llevará su parte. Shiv, la ATN; y Roman, las redes sociales como premio de consolación. Una elección que los tres rubrican recuperando un juego de niños que consiste en preparar "un manjar para el rey" mezclando todo tipo de alimentos, saliva de Shiv incluida, y haciendo que el rey se beba el mejunje imposible. Rome va más allá y lo vuelca sobre la cabeza de Kendall como si fuese una corona.

De regreso a Nueva York, los Roy viven otro momento complicado al pasar por la casa de su padre, que ahora pertenece a Connor, para elegir los enseres que quieren quedarse antes de que Wila ponga en práctica sus ideas de decoración (sofá con estampado de vaca incluido). Allí, en una de las salas, Connor está retransmitiendo el vídeo de una de las cenas que compartió con su padre, Kerry, Karl, Gerry y Frank en las semanas anteriores a su muerte. Y allí Kendall, Shiv y Roman viven otro momento regresivo viendo a su padre en uno de los últimos momentos que no vivieron con él.

Los hermanos Roy reviven uno de los últimos momentos de su padre antes de morir, en el que ellos no estuvieron presentes.

Es también ahí cuando Tom le dice a Shiv que quien va a ocupar su lugar en la nueva compañía de Mattson es él. Ella se enfurece y aunque parece decidida a acabar definitivamente con Mattson, cuando llega el momento clave de la votación ella tiene en su mano la decisión y sale de la sala para pensar el movimiento. Kendall y Roman van detrás de ella y los hermanos vuelven a sacar sus peores instintos: Shiv le recuerda a Kendall que mató a una persona y Roman le echa en cara que sus hijos no sean legítimos. Shiv termina de decidirse, mientras sus hermanos llegan a las manos.

Llega entonces el gran momento de Tom, llegando triunfal a las oficinas que son a partir de ahora sus dominios. Tras formalizar la venta con la firma, Roman se va a la barra de un bar, Shiv se monta en el coche con su marido y nuevo gestor del imperio de su padre, mientras que Kendall trata de asumir que su peor pesadilla se ha hecho realidad después de haber acariciado su objetivo de ser el heredero, tras la promesa que su padre le hizo cuando tenía solo siete años. En ese melancólico atardecer mirando al mar, parece intuirse que Kendall nunca volverá a estar tan cerca del éxito. Él mismo lo reconoce cuando implora a su hermana en el último momento que mantenga su voto, viene a decirle que lo necesita porque es lo único que puede hacer

El triunfo de Tom Wambsgans

El improbable éxito de Tom Wambgans no lo es tanto si se analiza esa carrera de fondo que quizá le habría llevado al mismo lugar si Logan hubiera seguido vivo. De hecho, ya se había ganado su confianza después de traicionar a su mujer y fue lo más parecido a un hijo que tuvo Logan a su lado en el momento de su muerte en un avión. Su destino sí que pilla un poco más de sorpresa si se tienen en cuenta los calificativos que ha recibido a lo largo de la serie desde los más leves como paleto o mediocre, hasta chupap***s. A pesar de todo se ha mantenido a flote, sirviendo a los deseos y las órdenes de los demás y sacando rédito atribuyéndose el éxito a la primera oportunidad. Es un trepa en toda regla y finalmente le salen bien las cosas.

Tom y Shiv no son precisamente la imagen de la felicidad a pesar del curso que toman los acontecimientos en 'Succession'.

Es exactamente lo que Mattson quiere, un ejecutor, alguien sin ideas propias pero capaz de hacer todo lo que diga. Alguien que sea exactamente lo contrario que Shiv, demasiado inteligente, capaz y poderosa y que le dejaría a él en la sombra o como marioneta, tal y como refleja la ilustración que tanto molesta al empresario sueco. Y que según dice le complicaría las cosas por el potencial sexual de su relación. Tom sería todo lo contrario, sería la marioneta que el podría manejar, tal y como se lo confirma él mismo.

La pregunta es si Siobhan Roy va a a ser capaz de tragarse el sapo y vivir con la decisión que ha tomado. Ella es la gran perdedora, incluso más que Kendall, porque siempre ha vivido a la sombra de su padre, de sus hermanos. Ser mujer ha sido el gran inconveniente de su vida en su familia -ella misma reconocía que le había penalizado frente a sus hermanos- y también profesionalmente cuando decidió dejar su carrera independiente en la política para volver al negocio familiar. Y ahora, después de hacer el trabajo sucio se queda fuera por una decisión machista y vuelve a estar a la sombra de un hombre.