Tras el asesinato de su tío Marcos Campos, su mujer Janaína y sus dos hijos pequeños, Patrick Nogueira había puesto rumbo a Brasil diciéndole a los suyos que tenía miedo de que también pudiera pasarle algo a él. Allí, su tío Walfran había intentado hablar con él sin éxito y había terminado viajando a Madrid. En la docuserie de ATRESplayer PREMIUM 'No se lo digas a nadie', se cuenta cómo mientras la investigación del crimen de Pioz avanzaba, Patrick Nogueira parecía ajeno a la muerte de parte de su familia y seguía como si nada con su vida y saliendo de bares con sus amigos.

Walfran Campos, el hermano de la víctima no podía entender que su sobrino estuviera en João Pessoa haciendo su vida normal y saliendo con sus amigos. "Me parecía increíble que Patrick estuviera saliendo de bares con todas esas noticias, con lo que estaba pasando. Convivió con Marcos, los cuerpos aún estaban en España y no los habíamos enterrado y después de la manera en que los habían asesinado...", cuenta extrañado. Pero lo que más molestó a Walfran fue que Patrick ni siquiera hubiera visitado a su abuela después de que ésta hubiera perdido a su hijo, su nuera y sus nietos.

Jordana, una de las chicas de la pandilla de Patrick en João Pessoa explica que después de declarar ante la policía, éste siguió con su vida: "Salía de bares, quedaba con Victor Lincoln y con Marvin", afirma. Según explica "los tres formaban un trío de amigos muy cercanos, especialmente Patrick y Marvin tenían mucha confianza y eran muy íntimos". Y añade que "tenían el mismo perfil, les gustaba divertirse y armar jaleo sin importarles las consecuencias". Y por eso cuenta que dejó de salir con ellos porque eran muy diferentes. Sobre esos días, también ha hablado en la docuserie el mejor amigo de Patrick en aquellos días, Marvin Henriques: "Patrick quería salir, quería vivir como si fuera la última vez", asegura. El joven cuenta que llegó a sentir vergüenza por el extraño comportamiento de su amigo en aquellos días.

Mientras tanto, en España continuaba la investigación y el cerco empieza a estrecharse en torno a Patrick. Los investigadores explican su asombro al saber que había un quinto miembro de la familia y descubrir al intentar localizarlo que había viajado de forma precipitada a Brasil después de los asesinatos. "Cuando supimos que había un quinto miembro de la familia y que ni está por la casa ni en ningún sitio, intentamos localizarlo", explica el agente de la Guardia Civil, Salvador Ares. "Fue entonces cuando descubrimos que había dejado España en un vuelo de forma precipitada porque era un vuelo que tenía programado para noviembre", apunta también Ángel Barca, capitán de la Guardia Civil de Guadalajara. "A los investigadores nos parecía una huida en toda regla", asegura.

En ese momento, se centran en reconstruir todos los pasos de Patrick Nogueira y localizaron el piso que Patrick había compartido en Alcalá de Henares. La propietaria del piso les dio una caja con las cosas que el joven había dejado en la habitación. El objetivo, según explican, "era encontrar algún objeto del que se pudieran extraer muestras biológicas de Patrick y compararlas con las muestras recogidas en Pioz".

En la vivienda, a los investigadores les extrañaron varias cosas. Una fue que el mismo día del vuelo y antes de ir al aeropuerto para embarcar Patrick hubiera limpiado su habitación y las zonas comunes. También les resultó raro que hubiera había pintado las paredes de su habitación. Y por último, la compañera de piso aseguró que tuvo muy buena relación con Patrick hasta que volvió de viaje en agosto y notó a partir del 18 de agosto un gran cambio en su amigo, que estaba enfadado, triste y no le hablaba, ni salía de la habitación.

A partir de ahí, Patrick Nogueira se convierte oficialmente en sospechoso y el juez explica que "se da el paso de pedir una orden internacional de detención y también una orden europea por si decidía regresar".