La serie más seguida de los últimos tiempos ha llegado a su fin, y lo ha hecho con un capítulo final lleno de sorpresas y que te resumimos en esta noticia. Atención, porque el texto está plagado de spoilers.

El último de los 73 episodios de la serie empezaba con Tyrion caminando por el silencio de Desembarco del Rey después de la destrucción que dejó a su paso Daenerys a lomos de Drogon. El consejero de la reina camina seguido de Davos y Jon, pero decide adentrarse solo en la Fortaleza Roja.

Allí busca a Jaime y Cersei, a quienes encuentra bajo un montón de escombros. En efecto, pese a algunas teorías, los dos habían muerto en el ataque de Daenerys.

En ese momento hace aparición en el capítulo Daenerys, que lanza una arenga a un ejército de Inmaculados y dothrakis agradeciéndoles su apoyo para entregarle los Siete Reinos. Pero la guerra para ella no ha terminado, porque afirma que deben seguir luchando para liberar a todos los pueblos.

Tyrion aparece en el lugar después de que la reina nombre a Gusano Gris comandante de sus tropas. En ese momento, Daenerys le acusa de ser un traidor por liberar a su hermano. "Liberé a mi hermano y masacrasteis una ciudad", responde éste, que se deshace del broche de la Mano de la Reina y lo lanza escaleras abajo antes de ser detenido.

Jon se mantiene al margen hasta que aparece Arya, que le advierte que tenga cuidado con la reina porque sabe "reconocer a una asesina". Nieve acude a la celda de Tyrion para mantener una importante conversación con él, en la que éste le recuerda que se equivocó al apoyarla y que "la naturaleza de la reina es fuego y sangre.

Tyrion recuerda los asesinatos de Daenerys al otro lado del mar antes de que Jon se marche a la sala del trono, que está medio derruida. Allí está la reina, que se acerca lentamente al trono aunque nunca llega a sentarse en él.

Ambos comienzan una conversación en la que Jon pide a Daenerys clemencia para los que estuvieron en contra de ella para empezar a construir un mundo mejor. Sin embargo, la reina sigue convencida de que ella conoce lo que es el bien.

"Eres mi reina ahora y siempre", le dice Jon antes de besarla y no poder convencerla. Y en ese momento llega uno de los momentos cumbres de la serie, porque el antiguo bastardo clava un puñal en el corazón de su amada, que muere en la sala del trono.

Drogon aparece y ve a su madre en el suelo. Al ver que está muerta, carga su aliento de fuego y Jon parece despedirse también de la vida, pero el dragón enfoca el fuego hacia el trono hasta que lo destruye por completo considerando que es este objeto el que la ha destruido. Tras intentar que Daenerys vuelve en sí, Drogon la coge y se la lleva volando en uno de los momentos más emotivos del episodio final.

Tras un salto en el tiempo encontramos a los Inmaculados llevando a Tyrion hasta Pozodragón, donde las personas más poderosas de Poniente reúnen para tomar una decisión (entre ellos están los Stark, Sam, Davos, Edmure Tully, Brienne de Tarth, Gendry o Bronn).

Entre ellos deciden quién será el nuevo rey, pese a que Sam intentaba que todo el pueblo fuera quien pudiera elegirlo. Tyrion propone que sea Bran recordando su historia (sobrevivió a una caída, sobrevivió más allá del muro y se convirtió en el Cuervo de Tres Ojos).

Todos están de acuerdo con el nombramiento y pese a que no quería el trono, Bran acepta y es nombrado como Bran el Tullido. Su primera decisión es nombrar a Tyrion como su mano y éste acepta pese a que en un primer momento tampoco quería hacerlo.

Llegados a este punto, el capítulo se centra en la despedida de los Stark. Bran se queda en Desembarco del Rey para comenzar su reinado y Sansa vuelve a Invernalia para reinar el norte como reino independiente con el visto bueno de su hermano.

Por su parte, Arya decide ir al oeste a explorar tierras inexploradas y Jon, tras ser condenado a servir toda su vida a la Guardia de la Noche, se reúne con los salvajes en el Castillo Negro y decide continuar su viaje más allá del muro, donde ya pueden adentrarse sin miedos. Y así termina una serie que ha marcado una época.