"Vengo aquí como representante de un colectivo de becarios de investigación anteriores al año 2011". Así se presenta la investigadora Alejandra Gámez en laSexta Xplica, que denuncia su situación y la de los trabajadores en sus mismas condiciones. "Trabajábamos, porque lo que hacíamos era trabajar", recalca la científica.
Ella no ha cotizado durante 11 años, tiempo en el que ha obtenido cinco años de beca predoctoral y dos años de beca postdoctoral, además de trabajar en el extranjero. "No estábamos en prácticas. Para obtener esas becas éramos licenciados o ingenieros, era el requisito fundamental para hacer las tesis doctorales. Las becas eran competitivas, las obteníamos los mejores expedientes", explica en el programa.
Durante ese tiempo, no solo es que no cotizaran, es que no tenían "ningún derecho como trabajadores". "No cobrábamos paro, no teníamos bajas maternales o médicas ni derecho a Seguridad Social, teníamos que estar adscritas a las de nuestros padres o pagar una sanidad privada", relata.
Además, no podrán jubilarse, no solo a la edad de cualquier trabajador de otro sector, sino tampoco a la edad extendida. "Yo soy profesora de la Universidad Autónoma de Madrid. A mí, la universidad me obliga a jubilarme a los 70 años y yo a esa edad no alcanzo los años para poder jubilarme". Su pensión también se reduciría.
Por si fuera poco, con los salarios que se tenían en esos años, no les resultaba viable invertir en fondos de pensiones privados. Un nuevo convenio permite a los afectados que coticen esos años a cambio de unos pagos. "En mi caso, para poder acogerme a cinco años como becaria predoctoral, necesitaría desembolsar 17.400 euros, a razón de 290 euros al mes de becaria, cuando mi primera beca era de 240 euros".
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