Viena ha logrado que la vivienda allí sí sea realmente un derecho para los ciudadanos. La solución pasa por comprar suelo público barato a cambio de ofrecer alquileres sostenibles.

De esta forma, por ejemplo, en uno de sus barrios han construido viviendas para 20.000 personas a través de cooperativas. El Ayuntamiento les ha vendido el suelo a buen precio y les ha ayudado con créditos a largo plazo y con poco interés para la construcción.

"Con esto también consiguen que el alquiler sea más bajo que el del mercado", ha indicado Alexis Mundt, del Instituto de Bienes Inmuebles, Construcción y Vivienda de Viena.

A cambio de recibir estas ayudas, los alquileres no pueden subir libremente y las cooperativas constructoras tienen un límite, haciendo que su beneficio no pueda superar el 3,5%.

Además, otro de los requisitos es que el beneficio que obtengan lo tienen que reinvertir en el sector. "Tienen que reinvertir esas ganancias en la construcción o rehabilitación de viviendas", ha explicado Alexis Mundt.