En mitad de una grave crisis climático, los fondos de inversión han entrado en el sector del aceite de oliva apostando por el regadío súper intensivo en busca de grandes beneficios económicos y empleando para ello la última tecnología. Cuando más aprieta la sequía, ellos se aseguran ingentes cantidades de agua.

En este sentido, Cristóbal Cano, secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Andalucía, denuncia que "buscan acaparar territorio, acaparar explotaciones, expulsar a los agricultores que han estado ahí; necesitan más recursos hídricos, más fertilizantes, más fitosanitarios y esquilman más los recursos naturales, cosas que no pasa en las formas de cultivo tradicionales".

"Van a ganar dinero, pero no son agricultores, no saben ni el color del olivo. Es dinero, dinero y dinero. El agricultor de verdad es el que va por la mañana, a las 7:00 horas, y está pendiente de sus olivos, de sus tratamientos, y ese es el que no gana dinero, aunque el aceite esté muy caro", lamenta Javier Roldán, administrador de la almazara Roldán Oliva.