El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, pronunció un 'revolucionario' discurso en 2017. "El 70% de los jóvenes sauditas tiene menos de 30 años. No vamos a perder 30 años de nuestras vidas tratando ideologías extremas, las destruiremos inmediatamente hoy", afirmó.

Aquellas palabras se tradujeron en ciertas reformas sociales, por fin las mujeres podían conducir un coche sin ser arrestadas.

No obstante, pese a las reformas de Bin Salmán, Arabia Saudí sigue siendo un país en el que se golpea a las mujeres en la calle.

Algunas se ven obligadas a huir. "Escapamos de la violencia y la presión de nuestra familia y nuestro Gobierno", explican. Además, los hijos de quienes luchan por las libertades en Arabia Saudí crecen solos en el exilio.

"Hace unos años, Arabia Saudí aprobó que las mujeres condujeran. Sin embargo, las que habían impulsado ese movimiento acabaron en la cárcel. Esa es la paradoja de la forma de gobierno que existe en Arabia Saudí y de los cambios que se están introduciendo, muchos de ellos son superficiales, de cara al público interno e internacional, pero que no tocan el régimen autoritario que es", denuncia David Hernández, autor de 'El reino de Arabia Saudí y la hegemonía de Oriente Medio'.

"En 2022 se batieron récords de ejecuciones públicas. En un día se llegó a ejecutar a 81 personas. No hay partidos políticos, no hay elecciones, no hay un parlamento, no hay sindicatos, no hay prensa independiente, y, por lo tanto, todas las voces críticas son sistemáticamente perseguidas", lamenta Ignacio Álvarez Ossorio, catedrático de Estudios Árabes de la Universidad Complutense de Madrid.