La Edad Media fue un supuesto "oasis" de convivencia y hermandad entre cristianos, musulmanes y judíos en puntos de la Península, como Toledo, Granada o Córdoba, que hoy en día se venden como ciudades de las 'tres culturas' por personalidades de todos los colores. "Es un fenómeno muy peculiar de Europa, porque España es prácticamente el único sitio en el que hubo una presencia prolongada de tres religiones antagonistas entre sí, pero que llegaron a acuerdos para convivir", señaló Ricardo Izquierdo, Catedrático de Historia.

LaSexta Columna recorrió en mayo Toledo, la capital de las tres culturas, junto con Izquierdo. La ciudad presume de la coexistencia durante cuatro siglos de musulmanes, cristianos y judíos, pero, ¿realmente era tan buena la convivencia entre las tres religiones durante la época musulmana?

En este sentido, Ricardo Izquierdo destacó que esta fue "la etapa en la que más se manifestó la buena relación entre las tres culturas", en parte, según apuntó, "por la política que los musulmanes practicaron". "Ellos, por principio, eran tolerantes con aquellos practicantes de religiones monoteístas, de tal manera que la política que van a practicar es la de pactos, van a llegar a acuerdos con la población que aquí se encuentran y les van a permitir seguir conservando su religión", indicó.

De esta manera, parece que la tolerancia religiosa existía con los árabes, aunque al estilo medieval y con alguna que otra restricción para los no musulmanes: "Tendían que pagar una serie de impuestos, no podían levantar nuevas iglesias, salvo casos excepcionales, y un cristiano no se podía casar con una mujer judía o musulmana, y lo mismo pasaba con las otras religiones".

¿Qué paso en Toledo cuando el poder volvió a manos cristianas? Ricardo Izquierdo nos llevó a la mezquita del Cristo de la Luz, que tiene un nombre dedicado al "jefe de la oposición" porque, tal y como explica el historiador, "las mezquitas fueron convertidas en iglesias".

Finalmente, la convivencia se acabó quebrando. Alfonso X promulgó leyes que decían que si un cristiano se volvía judío, había que matarlo, y al judío que yacía con una cristiana también. "Se les obligó a partir del siglo XIII a llevar un signo distintivo. La situación empezó a cambiar porque la economía empezó a irse degradando. Empezaron los judíos a convertirse en prestamistas de la población cristiana, que se endeudó, y se generaron grandes movimientos contra los judíos que desembocaron en asaltos a las juderías y en la matanza de judíos", señaló Izquierdo.

En la misma línea, María Victoria López-Cordón, catedrática de Historia Moderna, afirmó que "hubo momentos y lugares de convivencia, como Toledo, pero no ocurrió lo mismo en otros sitios, ni mucho menos", mientras que Ricardo Izquierdo desmiente que la convivencia fuera idílica entre cristianos, musulmanes y judíos durante la Edad Media.

"La convivencia entre las tres culturas se está romantizando, convirtiendo en idílica últimamente. Es un mito más, una deformación de la historia, ya que la cosa fue mucho menos pacífica, pero no estoy en contra de ese mito, ya que favorece la convivencia", manifestó, por su parte, José Álvarez Junto, Catedrático de Historia.