Reino Unido fue durante mucho tiempo el ejemplo mundial de Sanidad pública universal y de excelencia en la calidad. Durante la época de Margaret Thatcher el sistema empieza un proceso de privatización que cristaliza, en 1992, con la apertura del primer hospital gestionado por una empresa privada.

Desde entonces, se han privatizado 80 hospitales. Un estudio de la Universidad de Manchester de 2008 concluye que el Estado acaba pagando por ellos al menos un 20% más de lo que se había presupuestado.

Además, la Sanidad británica ha sufrido un deterioro imparable. Un informe reciente en el que participa la administración ha hecho saltar todas las alarmas Tras analizar 12 hospitales de referencia, la conclusión es que funcionan al límite o por encima de su capacidad y los índices de mortalidad son "preocupantemente altos".

"Los hospitales en Inglaterra funcionan bajo tanta presión que puede poner en riesgo la salud de los pacientes", asegura Denis Campbel, periodista de ‘The Guardian’.