"El 90% de los comentarios sobre mí son malos", bromea Viktor Orbán. Aunque la 'broma' se le va de las malos a la hora de actuar frente a estos críticas, llegando a detener a un jubilado que le criticaba en redes sociales mediante un vídeo en el que le llamaba "tirano cruel".

Para hacerse propaganda, Orbán se acerca a famosos personajes conservadores, metiéndose en un coche con Chuck Norris. Nada más llegar al poder (2010), Orban cambió la constitución y la ley electoral en Hungría para que, con los mismos votos, su partido obtuviera más diputados.