Isabel lleva ya unos años sin pisar un Corte Inglés. De hecho, evita a toda costa acercarse al de Santiago de Compostela, donde trabajó durante casi dos décadas. Todo por culpa del acoso sexual que sufrió a manos de su jefe y de la pasividad de la dirección del centro.

"Fueron unos años, en un principio, bonitos, muy felices, pero acabó muy mal", recuerda. Cuando ascienden a su jefe, empieza el acoso sexual: "Me toca, me coge por la espalda, me toca la cintura, se roza conmigo, me hace gestos obscenos, viene con el móvil y me está enseñando vídeos porno...".

Le contó la situación al jefe de personal, pero este le restó importancia: "No te preocupes, ya sabes cómo es este hombre. Es muy simpático, tiene esas cosas. Pero no le hagas caso, él es así", fue la respuesta que recibió.

Según relata Isabel, este responsable de personal y su acosador eran amigos: "Iban al pádel a jugar, salían juntos", apunta. "A partir de ahí, fue a por mí", explica, "ellos le dijeron: 'Cuidado con esta, que está diciendo esto'".

Comenzó, en palabras de Isabel, "un juego psicológico que te volvía totalmente loca". "Un momento te acosaba sexualmente y al poco rato te estaba echando la bronca", rememora.

La dirección no solo no actuó, sino que incluso ascendió a su verdugo. "Sabiendo todo eso, en el mes de agosto lo ascienden", explica Isabel, que añade que además le asignaron una planta "llena de mujeres".

Más víctimas

Isabel cogió una baja laboral y denunció ante el comité de la empresa para casos de acoso. Su marido, que trabajaba en el mismo Corte Inglés, se enteró porque la dirección le llamó para recriminarle que ella hubiera presentado una queja. "¿Cómo eres capaz de dejar que tu mujer haga eso?", cuenta que le dijeron.

La investigación interna determinó que su jefe había cometido acoso sexual y que "la dirección tenía que actuar de forma inmediata". Finalmente, fue despedido en 2017.

Isabel descubrió que no era la única víctima de este individuo. "Éramos, mínimo, tres más", relata. Al final acabó por dejar la empresa y demandar. El juez determinó que la dirección no había adoptado "ninguna medida correctiva" y "ni siquiera se molestó en investigar los hechos".

"Voy tirando, pero sabes que te jodieron la vida", concluye Isabel, que a sus 57 años se encuentra en el paro. "Yo pensaba jubilarme en esta empresa", lamenta, "y de repente, se corta todo por un sinsentido".

El Corte Inglés, que no ha querido participar en este programa de Salvados, sustituyó a los máximos responsables de su centro de Santiago una semana después de grabar la entrevista con Isabel.