Beatriz Garrote, presidenta de la Asociación de Víctimas de Metro 3 de julio, perdió a su hermana en el accidente. Enric Chulio, expresidente de la anterior, perdió a su mujer en el mismo siniestro.

Explican la supresión del nombre de Jesús en la estación, sustituyéndolo por Joaquín Soroya para eliminar el rastro del accidente y el posterior consenso a tener los dos nombres. Visitan el monumento en memoria a las víctimas que, según cuenta Beatriz, se inauguró en un momento poco apropiado, ya que los políticos asistieron por la foto y ellos querían respuestas.

La reacción de los responsables de la Generalitat cuando ocurre el accidente fue hacer visitas a casas, tanatorios… les visitó Juan Cotino, entonces conceller de Agricultura. En las visitas, Cotino iba muy bien informado de los estudios y formación de las familias a las que ofreció incluso puestos de trabajo y dando su número de teléfono. La siguiente pregunta era la instrucción judicial. De hecho, a las personas que el Gobierno valenciano ayudó se han sentido coaccionadas al asistir a concentraciones por las víctimas.

Mes y medio después del accidente, les llegó un fax comunicándoles que ya estaba disponible la indemnización en las dependencias de FGV. Allí, les esperaba un documento como una especie de contrato donde la última cláusula decía que el firmante se comprometía a no emprender ninguna acción legal en contra de la empresa. Finalmente, esa cláusula se eliminó. Beatriz cree que si esto hubiera pasado hoy en día, por la situación, al poder no le hubiera sido tan fácil dar "carpetazo".