Rainer Voss se sienta con Jordi Évole frente al mar para hablar de cómo fue su época trabajando en la banca de inversión. El exbanquero protagonizó un documental en el que hablaba abiertamente de su trabajo y asegura que lo hizo por varias razones, entre ellas porque "tenía la sensación de que alguien tenía que alzar la voz". "Tienes que considerarlo como un universo secreto, o como una orden secreta, o una secta", cuenta Voss sobre la banca de inversión. Así, explica que es una comunidad muy aislada. Él mismo trabajó veinte años ahí, lo dejó en 2008 y tardó cinco años en resocializarse: "Es como ser liberado de una prisión, porque tienes que aprender algunas cosas que llevas mucho tiempo sin hacer", confiesa.

Voss asegura que los trabajadores de la banca de inversión, por lo menos en la época en la que él trabajaba ahí, no tienen tan en mente el dinero que cobran, "es una industria que atrae a personalidades débiles", desvela asegurando que, según su intuición, "la presencia de psicópatas o sociópatas en la banca de inversión va del 15 al 20%". Además, añade una anécdota: "Yo tenía a jóvenes estudiantes que me pedían quedarse una noche sin dormir, trabajando, ser un 'one-nighter', porque un amigo suyo lo había hecho en otro banco y lo consideraban un logro". Rainer acaba comparándolo incluso con una divinidad: "Tu trabajo se convierte en un sacrificio que haces a esa divinidad, y como contrapartida obtienes dinero, como un símbolo de afecto, y esto es un círculo vicioso, porque nunca tienes suficiente".

Sin embargo, el exbanquero de inversión cuenta cómo, según su opinión, a partir del año 2.000 todo fue cambiando: "Los seres humanos pasaron a ser menos importantes. Todo estaba relacionado con el dinero y con cuánto dinero. Todo se volvió más agresivo, más desagradable", y por ello, al ser unos valores que ya no se ajustaban con su personalidad, Voss decidió abandonar su cargo.