El servicio de reapertura es un momento crucial para el futuro del restaurante y todos tienen que estar a la altura, sin embargo esto no sucede con Miguel. El dueño, está a cargo de las comandas pero se pierde desde el primer momento y pregunta por los platos cuando es él quien los tiene que tener controlados o tacha pedidos que no han salido.

La situación empieza a complicarse y el descontrol se traslada a las cocineras por lo que el servicio vuelve a ralentizarse como en ocasiones anteriores. La dueña del local, Montse, está en el comedor y advierte al camarero que están volviendo a lo de siempre.

Ángel traslada a la cocina el malestar y las quejas de los clientes en el comedor y Alberto Chicote pide a Miguel que reaccione: "¿Pones orden?". Sin embargo, sin un ápice de nervio, Miguel responde que no puede pedir más platos.

Cuando se da cuenta de lo que pasa Miguel se lamenta a gritos: "¡Ya estamos como el otro día. Nos estamos hundiendo, joder!"

Finalmente, Alberto Chicote se ve obligado a tomar las riendas para salvar la reapertura. A las órdenes del chef, las cocineras dan lo mejor de sí y Ángel, el camarero, reconoce que a partir de ahí mejoró el servicio: "Chicote es un crack, en dos minutos solucionó más cosas que Miguel en dos horas de lío". También alaba el trabajo de sus compañeras en cocina. No se puede decir lo mismo de los dueños, Miguel y Paula.

Otros momentos destacados

Tras conocer al personal, el chef echa un vistazo a las condiciones de la cocina y confirma que se encuentra ante "la más cerda del mundo".

El aceite de la freidora lleva meses sin cambiarse y la campana está llena de grasa. Felicia lo justifica asegurando que no puede "hacer milagros". "No te pido milagros, limpiar no forma parte de las atribuciones de un dios", le responde Chicote.

La suciedad no se limita a la cocina, Alberto Chicote se encuentra con un comedor en el que las manchas de los manteles saltan a la vista y no pasan desapercibidas para los clientes. El dueño se excusa en que las manchas ya no salen, pero el chef lo duda bastante y demostrará que limpiándolas, las manchas se quitan.

En el capítulo gastronómico, la oferta de El Rincón de Montse no mejora: croquetas de hormigón, alitas sin depilar y el entrecot más fino del mundo...