Alberto Chicote cita a Antonio y Lorenzo, los dueños de El Palomo, en Umbrete, un pueblo cercano a Sevilla donde su abuelo abrió la primera taberna El Palomo.

A los hermanos les ha venido genial hacer un plan fuera del restaurante, más aún con el valor sentimental del lugar de reunión.

"Me hace mucha ilusión que Alberto venga aquí y conozca mi pueblo", comenta Antonio a cámara.

El chef de Pesadilla en la cocina les sorprende con la llegada de Cristina, la hija de Antonio y sobrina de Lorenzo, quien comenta cómo les ve y lo que desea cuando ella se quede con la taberna para que El Palomo siga con su tradición.

Antonio y Lorenzo se emocionan con la charla del chef, probablemente una de las más motivadoras de los 10 años de Pesadilla en la cocina.