La relación entre el arte y los valores cristianos siempre ha estado envuelta de polémica; una relación 'compleja' y extensa, por no decir infinita. Porque la polémica que ha sufrido Zahara tras la retirada de un cartel en la que aparecía vestida de virgen para anunciar un concierto, o la que han sufrido revistas satíricas como 'Mongolia' por hacer uso de la religión en clave de humor, no son las únicas. Se trata de un problema que viene de largo y que la periodista Conchi Gil ha analizado en Más Vale Tarde.

En 1996, Los Beatles sufrieron una auténtica campaña de difamación por un titular de John Lennon: "Somos más populares que Jesucristo ahora". Sus declaraciones provocaron que discos y todo tipo de merchandising del grupo acabara en la basura en unas acciones animadas por programas de radio que incluso daban las ubicaciones donde poder deshacerse de todo lo relacionado con el grupo. Esta situación obligó a Los Beatles a dar una rueda de prensa en EEUU a su llegada para explicar la razón de sus palabras.

Pero si existe una artista enfrentada con prácticamente todas las religiones es Madonna. La reina del pop y de la provocación ha 'jugado' casi con todos los elementos y valores cristianos: desde videoclip con crucifijos ardiendo hasta conciertos en los que ella misma aparecía crucificada o rodeada de monjas. Otra cantante ha asumido el legado de Madonna, y es Lady Gaga: prácticamente desde su origen se la ha visto representar esos valores cristianos que han enfadado a muchas asociaciones cristianas que han denunciado que los elementos cristianos usados por la artista no estaban justificados con su arte.

En España, el arte también ha sufrido mucho de esa censura. Es el caso de Extremoduro y de la canción 'Jesucristo García', o de la portada del álbum 'Yo, minoría absoluta'. Llama la atención que tanto en los 90 como en los 2000 no hubo prácticamente ningún tipo de queja. Solo el Ayuntamiento de Plasencia los vetó durante 13 años, pero en este caso por sus letras. Y de Extremoduro vamos a la conocida procesión del 'Coño Insumiso' y el 'Santísimo Chumino Rebelde', sacrilegio para muchos.