Jeffrey Dahmer cometió más de 17 asesinatos en 20 años. Conocido como el 'Caníbal de Milwaukee', su historia y sus crímenes son ahora parte del imaginario colectivo por la nueva serie sobre su vida y, sobre todo, lo es su aspecto: su pelo rubio, sus gafas tan características y esas camisas de cuadros que solía vestir han sido el disfraz elegido por algunos para este Halloween.

Hay quien habla de fenómeno fan, pero debemos recordar que se trata de un criminal, de alguien que a su paso dejó decenas de víctimas. Es por eso que varias plataformas en Estados Unidos han prohibido la venta de cualquier artículo que se asemeje a la ropa que vestía Dahmer.

Pero elevar el asesino a personaje va mucho más allá de un disfraz. A un sólo 'click', hay en páginas de subastas donde podemos encontrar sus supuestas cenizas, que están a la venta por la suma de 250.000 dólares y todo un catálogo con varias de sus pertenencias, desde fotos familiares a sus propias gafas.

Su caso, convertido por algunos en fenómeno fan, no es el único. Todos recordamos la "pasión" que suscitaba Charles Manson o la fascinación de varias jóvenes por el asesino José Rabadán. La abogada y criminóloga Beatriz de Vicente explica en Más Vale Tarde que hay varios factores a tener en cuenta en esta "fascinación" por los asesinos en serie. Biológica, porque la violencia genera importantes descargas en nuestro cerebro, suscita excitación. Psicológica, porque esa extrañeza llama nuestra atención.

También el psiquiatra forense José Cabrera apunta en el programa a que "hay gente muy trastornada, con grandes anomalías que tienen en este mundo oscuro su gran ilusión". "A algunos les lleva esta pulsión irrefrenable ante estos canallas", ha explicado el experto.