No es la primera vez que salta la polémica por una fiesta desenfrenada con reclamo sexista. Una discoteca valenciana sorteaba una operación de pecho con la compra de las entradas. Por 20 euros se podía optar por una cirugía valorada en 4.500 euros, según su publicidad, era un homenaje a la mujer.

Carlos Monsell, propietario de Pachá Valencia opina que es algo favorable para las mujeres: “Si una chica viene, se toma una copa por 20 euros y sale con 4.500, pues no está mal” “En Valencia es donde hay más silicona por metro cuadrado”.

Esta estrategia de marketing triunfa en las discotecas argentinas con lemas como “Quiero mis Lolas”. Pero no es lo más surrealista, esta discoteca llegó a regalar 400 consoladores para ellas y preservativos para ellos, porque el sexo vende.

Otra discoteca para menores de Granada subastaba chicas solteras con dinero de monopoly y los jóvenes tenían que pujar para conseguir un momento de intimidad con ellas en el palco VIP.

Para el organizador de la fiesta era algo muy inocente, así aseguró Antonio Martínez: “Yo esto lo he visto en campamentos de catequesis”. Pero la fiscalía de menores investigó el caso y el local tuvo que pagar una sanción por no contar con la licencia para que entraran menores.

Pero el reclamo del sexo también se ve durante el día. Un restaurante de Valencia ofrece a sus clientes un striptease como postre.

Una situación impactante a la que no todos se muestran en contra, “vienes a comer y tienes el espectáculo”, opina un cliente.No es la primera vez que salta la polémica por una fiesta desenfrenada con reclamo sexista.