La víctima era una empresaria de Barcelona que se dedicaba al sector inmobiliario y conocía a sus secuestradores. Habían hecho negocios anteriormente, pero salieron mal. Así que para recuperar la inversión perdida decidieron raptarla y exigirle el pago de 40.000 euros.
La empresaria desapareció el 29 de julio. Al día siguiente, su abogado presentó una denuncia en comisaría tras recibir varios mensajes de su clienta.
Durante los 4 días que duró el encierro la víctima fue trasladada en numerosas ocasiones. El 1 de agosto, los Mossos de Esquadra consiguieron averiguar uno de los destinos a los que se dirigían. La rescataron y detuvieron a dos de sus secuestradores.
En Gavá, Barcelona, fueron detenidos los otros dos implicados; el cabecilla, y un investigador que se habría encargado de recopilar información de la empresaria.
Según la versión de la víctima, los secuestradores la habrían amenzado con matar a su madre, a la que vigilaban. Dos de los cuatro detenidos están en prisión y los otros dos han sido dejados en libertad con cargos.