1.000 metros cuadrados junto al mar, con piscina y hasta con embarcadero privado. Es el chalet de Gerardo Díaz Ferrán en la localidad mallorquina de Calviá, vendido por 7,1 millones de euros.

Una fuente de ingresos para el expresidente de la Patronal, que desde la cárcel podrá pagar parte de sus deudas porque algo más de tres millones ya han sido ingresados en una cuenta de la Audiencia Nacional e irán destinados a los bolsillos de los más de 10.000 afectados por la quiebra de Marsans.

Del dinero restante de la venta, otros tres millones de euros irán destinados a la liquidación de la hipoteca, aún pendiente de amortización, y el resto a la inmobiliaria Bijansur y a cubrir otros costes de la operación de venta.

El juzgado dirigido por el magistrado Eloy Velasco recibió hasta tres ofertas diferentes por la finca, siendo la mayor la de 7,1 millones de euros.

Según la investigación, el chalet estaba registrado a nombre de una de las empresas del hermano del expresidente de la Patronal, y sospecha que éste borrara su nombre a través de una operación en la que participó la sociedad Quatre Bas. Una maniobra, que dice el juez, podría tratarse de otra de las operaciones del exdueño de Marsans para ocultar sus bienes a sus acreedores.