La Guardia Costera de EEUU interceptaba hace un mes, tras una estremecedora persecución por el mar, a un narcosubmarino que transportaba en su interior varias toneladas de cocaína por valor de más de 200 millones de euros.

No es la única forma en que el narcotráfico surca las aguas. En España no hay narcosubmarinos pero sí narcolanchas: un operativo de la Guardia Civil ha desmantelado una "guardería marítima" desde la que transportaban droga y combustible a otros traficantes desde las Islas Chafarinas -a unas 27 millas de Melilla- hasta la Península.

Pero el ingenio de los narcotraficantes no tiene límites. Prueba de ello es el centenar de macetas con plantas de marihuana que la Policía halló en una piscina vacía en Castellón en pleno julio.

Solo en 2017 se incautaron 525.000 plantas como esas en nuestro país. Sin embargo, no suelen estar tan a la vista: los hay que crean toda una fortificación, como en el caso de un clan familiar que guardaba más de mil plantas en el Prat de Llobregat.

Por su parte, cuatro vecinos de Mataró tenían más de 3.000 macetas de marihuana distribuidas en pisos alquilados por toda Barcelona.

Y este mes, en Almería, un joven ha sido condenado a un año de cárcel por cultivar 75 plantas. Precisamente en esta provincia, solo en lo que llevamos de año la Policía Nacional ha triplicado el numero de kilos de marihuana intervenidos: de 951 a 2.696.