Cuatro desapariciones han inquietado a toda Francia en los últimos meses. Se trata de desapariciones con distinta casuística, pero que durante algún tiempo hicieron pensar a la Policía que podrían tener en común su criminal. Ahora, tras resolverse dos de ellas, las autoridades han apartado esta opción, pero no la descartan.

Delphine Jubillar desapareció la noche del 15 al 16 de diciembre. Enfermera y madre de dos hijos, su rastro se pierde en su propia casa, al sur de Francia. La mujer tiene 33 años, es morena y de nacionalidad francesa y estaba en pleno proceso de divorcio cuando desapareció. En las semanas previas, había empezado a utilizar páginas de contactos, algo que no habría sentado bien a su marido, Cedric, que desde el principio habría estado bajo el foco policial.

Sin embargo, no hay ni una sola pista sobre qué le ha podido pasar. Todas las batidas vecinales y policiales han finalizado sin éxito y el único hilo del que tirar ahora mismo es su cuenta en Facebook, que se reactivó tras su desaparición para publicar un mensaje vacío que en cuestión de segundos desapareció.

Pocas semanas después ocurrió de nuevo. Aunque esta vez sin mensaje, la mujer apareció activa en el chat de la red social. Unos hechos que la propia Fiscalía de Toulouse ha confirmado: ambas conexiones se hicieron a través del teléfono móvil de Delphine, que estuvo encendido durante unos minutos.

Sin embargo, las dudas sobre su paradero y el motivo de su desaparición continúan acechando a las autoridades francesas, que también poseen las mismas dudas entorno a Aurelie Vaquier, una mujer de 38 años que desapareció el 28 de enero en la costa sur de Francia.

Se llevó una maleta, pero dejó su coche y su teléfono móvil. Según su pareja, Samir, ella misma le escribió unos días después, también por Facebook, para decirle que estaba bien. Tras ese mensaje nadie ha recibido ni una llamada ni una explicación.

Sus allegados no saben dónde puede estar, y aseguran que Aurelie no tenía ninguna razón para marcharse. Por eso han movilizado a más de 40 personas para buscarla por todo el país.

También preocupa la desaparición de Magali Blandin, de 42 años, y Anne Frederic, de 41. Ambas desaparecidas en el mes de febrero. En total, cuatro mujeres en apenas dos meses cuyas desapariciones fueron barajadas por los investigadores con diversas hipótesis desde fugas voluntarias a un asesino en serie.

Pero esta última teoría apenas duró un tiempo. El 11 de marzo el cadáver de Anne-Frederic apareció en el Río Sena sin marcas de violencia y hace unos días se conocía que Magali Blandin había sido asesinada. Detrás del crimen se encontraba su marido, que ha confesado que la golpeó con un bate de béisbol, aunque al parecer su muerte llevaría planificada más de tres meses.

Aun así, todavía quedan dos incógnitas sin resolver, dos mujeres en paradero desconocido con una conexión espacial, geográfica y cronológica. Tanto Aurelie como Delphine tienen una edad similar y ambas han desaparecido en el sur de Francia con menos de 30 días de diferencia.