Dos años después de inaugurarse la línea, el 24 de julio de 2013, 224 pasajeros subieron a bordo del Alvia, pero nunca llegaron a su destino. El maquinista, Francisco José Garzón, fue señalado como el único acusado del accidente. "Y me despisté... y ¿cómo se llama?, tenía que pasar a 80 y pasé a 190 o una cosa así", destacó él en el documental 'Frankenstein 04155'.

El Sindicato de Maquinistas ha defendido siempre su inocencia. Así lo explica su portavoz, Jesús García: "Todos sabemos que el último eslabón de la cadena de seguridad es el maquinista, pero también sabemos que en la actualidad hay medios y procedimientos que hacen que el maquinista tenga una incidencia menor". Esos medios, según detalla, es el ERTMS, el sistema de Seguridad de la alta velocidad.

El ERTMS entre Ourense y Santiago obliga a frenar aunque el maquinista no actúe, pero se desconectó seis kilómetros antes de llegar a la estación de Santiago, dejando desprotegida la curva. García, asegura, que el motivo fue un problema comercial: "Unos minutos de retraso eran una mala publicidad. Por eso, se desconectó el ERTMS para no retrasar el tren unos minutos, dejando en manos del maquinista la posibilidad de un accidente o no".