Los ultras buscan reducir la UE
Vox se suma al 'gran reseteo': el plan ultra para vaciar de poder a la Unión Europea
Los detalles Un plan impulsado desde la ultraderecha húngara y polaca que Vox adopta para desmantelar las instituciones europeas, recuperar la soberanía nacional y eliminar las políticas comunes que protegen derechos y valores democráticos.

Así querrían ver la sede de la Unión Europea algunos partidos de ultraderecha como Vox: reducida, minimizada, quizá deconstruida piedra a piedra. Tienen incluso un nombre para el proceso: 'el gran reseteo'. Lo cuentan medios como 'El País' o 'El Confidencial'. Y aunque suene a teoría conspirativa, es un plan real, promovido por organizaciones ultraconservadoras en Hungría y Polonia, al que Vox se ha sumado con entusiasmo.
¿El objetivo? Quitar poder, poco a poco, a las instituciones europeas. Debilitar la arquitectura común que sostiene el proyecto europeo. Desmantelar la Europa actual desde sus cimientos políticos y legales.
¿Por qué? ¿Qué molesta tanto de la Unión Europea a Vox y a otros partidos similares? Para entenderlo, hay que escuchar el himno de la Unión: "Todos los instrumentos juntos, en armonía, transmitiendo una fuerza colectiva, una única voz". Esa es la idea de Europa: unidad en la diversidad.
Pero la ultraderecha quiere otra partitura. Un violín solo. Una flauta por su cuenta. Un oboe tocando aparte. Cada país marcando su propio compás, sin ceñirse al ritmo común. Quieren soberanía nacional. Recuperarla. Repatriar competencias. Y eso implica algo muy concreto: vaciar de contenido a la Unión. Las políticas comunes —la aduanera, la monetaria, la judicial— han sido cedidas a Bruselas para proteger intereses colectivos. Vox quiere revertir eso. Y, sobre todo, recuperar el control total en dos áreas clave:
- El Derecho y las libertades: además de la Constitución de cada país, existen normas europeas que garantizan derechos fundamentales para todos los ciudadanos de la UE. Son una especie de escudo democrático. Y cuando un Estado los vulnera, la Unión actúa: sanciona, investiga, presiona. Pero la ultraderecha quiere eliminar esos mecanismos. Que nadie de fuera pueda cuestionar decisiones nacionales. Que cuando Hungría aprueba leyes homófobas, o Polonia intenta controlar sus tribunales, la UE mire hacia otro lado.
- Las políticas comunes: Si cada país recupera su soberanía total, ya no habrá leyes compartidas sobre cambio climático, migración, o derechos sociales. Adiós a la Agenda 2030. Adiós a los compromisos colectivos. Cada gobierno marcará sus propios límites en cuestiones como moral, familia o educación. El riesgo: convertir cada país en un cortijo al servicio de quien manda.
La paradoja es evidente: partidos como Vox critican a Bruselas desde dentro de las propias instituciones europeas. Se presentan a las elecciones europeas para intentar debilitarlas. Usan el sistema para minarlo. Como si quisieran ocupar el escenario solo para apagar los focos.
'El gran reseteo' no es solo un eslogan. Es un intento de redefinir Europa. De vaciarla de contenido. De romper esa sinfonía que durante décadas ha buscado, con más o menos aciertos, tocar al unísono.