En una comparecencia de seis horas y media en el Congreso, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abordó una amplia gama de temas que abarcaron desde las acusaciones sobre las actividades profesionales de su esposa, Begoña Gómez, hasta las relaciones diplomáticas con Argentina. La sesión, que tenía una agenda específica, se transformó rápidamente en un debate más amplio sobre el estado de la nación.

Sánchez dedicó tres minutos de su intervención inicial a defender la profesionalidad de su esposa, quien ha sido blanco de críticas por parte de la oposición. "Mi mujer es una profesional seria y responsable y mi Gobierno es un Gobierno limpio", afirmó Sánchez. En respuesta, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, exigió más explicaciones y lanzó una advertencia sobre futuras comparecencias en el Senado: "Responda y créame o lo hace hoy en el Congreso o lo hará en el Senado".

El presidente Sánchez mostró su disposición a comparecer en ambas cámaras y defendió la transparencia de su administración: "Respondo hoy ante el Congreso, señor Feijóo, y no tengo ningún problema en responder en el Senado. No me trate de amenazar. No tenemos nada que ocultar".

La sesión también abordó otros temas como la situación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), la cuestión catalana, y los conflictos en Rusia y Ucrania. Sánchez criticó a la oposición por lo que llamó una "máquina del fango" manejada por la derecha y la ultraderecha, instando a los diputados a "practicar el juego limpio" y centrarse en los problemas reales del país.

En el ámbito internacional, Feijóo acusó al Gobierno de agravar las tensiones con Argentina tras los comentarios sobre el presidente argentino, Javier Milei. "¿Por qué se plantea romper relaciones con Argentina por esto, pero no con Puigdemont cuando dice que toda la Justicia española es corrupta?", insistió el presidente del PP, que pidió también al líder del PSOE que le dé "una sola razón para que España retire al embajador en Argentina, pero no al embajador en Rusia".

Sánchez, por su parte, reprochó la falta de apoyo del PP en temas de política exterior y defendió la postura de su gobierno. Puso ejemplos como cuando "el PSOE apoyó a Rajoy en sus decisiones y Zapatero defendió a Aznar ante Chávez", pero ha ironizado al decir que "cuando el PSOE está en el Gobierno y el PP en la oposición, el problema es efectivamente el malvado Sánchez".