Los semáforos del futuro podrían tener cuatro colores y funcionaría de forma que cuando se ilumine el cuarto color, los conductores tendrán que hacer lo mismo que el coche de delante. Que para, usted para. Que avanza, usted avanza.

Los semáforos son una herramienta esencial en el día a día de millones de personas en todo mundo. De ellos depende incluso nuestro estado anímico. El primero se colocó en 1868 en Londres y hace 155 años ya tenía las luces roja, ámbar y verde tal y como los conocemos ahora. En España no llegó hasta el siglo XX. El primero fue en Madrid, en el cruce de Gran Vía con la calle Alcalá en 1926. La tecnología de los semáforos ha ido evolucionando hasta los actuales con bombillas led que consumen menos luz. Pero siempre se ha respetado el código de colores.

Hasta ahora. Unos investigadores de la Universidad de Carolina del Norte aseguran que añadir una cuarta luz es la solución para mejorar el tráfico y reducir la contaminación. Lo han llamado "fase blanca". Para que funcione es imprescindible que circulen los coches autónomos, los que no necesitan conductor. Aquí llega la revolución. Si el primer coche que llega al semáforo es uno autónomo y detrás circula un vehículo convencional, el semáforo se pone en blanco. Y el conductor debe hacer lo mismo que haga el coche sin conductor que tiene delante. Si pasa el de delante, usted pasa. Y si frena, usted frena. Hay que copiar al vehículo autónomo que vaya delante de nosotros.

El estudio plantea también los otros dos escenarios: si todos los coches implicados en el cruce son autónomos, luz blanca. Ellos solos conectados a un ordenador central que regula el tráfico irían pasando uno detrás de otro con total fluidez. El último escenario es el que funciona hoy: si el primer coche que llega al semáforo es el de un vehículo con conductor, la luz blanca se apaga y volvemos al verde, el ámbar y el rojo.

Para activar esa luz blanca y que funcionase tendría que haber al menos un 10% del parque móvil de coches sin conductor. Pero, ¿se lo imaginan? Quizá tengamos que resolver la duda antes de lo que pensamos