La postura de Vox con la inmigración ha sido siempre la misma. El Partido Popular ya sabía su discurso xenófobo cuando los metió en sus gobiernos. Y es que, en 2015, cuando Vox se presentó por primera vez a unas elecciones nacionales, ya hablaba de inmigración en su programa electoral.
En ese momento, una de sus propuestas era "el control de la inmigración según las necesidades laborales y la capacidad de integrarla por parte del receptor". Además, también pedía revisar las normas para adquirir la nacionalidad y la supresión de los permisos de residencias para extranjeros sin trabajo. En el primer gran mitin del líder, Santiago Abascal se opuso a la llegada de inmigrantes sirios a España.
Su postura era contraria a la que se respiraba en los principales ayuntamientos españoles. En Madrid y Barcelona, colgaban pancartas de sus ayuntamientos que daban la "bienvenida a los refugiados" sirios desplazados por la guerra que afectaba a su país.
Sin embargo, el posicionamiento de Vox contra la inmigración se ha mantenido hasta nuestros días. Hace unos meses, fue uno de los aspectos que complicó los acuerdos entre PP y Vox en dos comunidades autónomas. En la Región de Murcia, el presidente Fernando López Miras vio como el partido de Abascal votaba en su contra en su primer intento de investidura. Mientras, Vox pedía entrar en el gobierno, una vicepresidencia y un acuerdo de mínimos en 12 áreas, entre ellas estaba la de inmigración.
En Extremadura, la política antimigratoria de Vox chocaba de lleno con los ideales de María Guardiola, tanto que la actual presidenta de Extremadura aseguró que no podía dejar entra a Vox en su gobierno, entre otras cosas porque "deshumanizaban a los inmigrantes".
La cuerda se tensó tanto que Guardiola llegó a plantearse repetir elecciones. Sin embargo, finalmente, y ante el peligro de que esta negativa a pactar con Vox pudiese influir en las futuras negociaciones con la extrema derecha en el plano nacional, Guardiola tuvo que ceder y meter a Vox en su gobierno para ser investida presidenta.
Dispuesto a "sudar la camiseta"
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