'Cerdán, Ábalos, Koldo: la película'
Una historia con áticos, fiestas, sobres y mujeres: el guion perfecto que nadie escribió porque era real
Los detalles Si 'El Reino' fue una advertencia sobre cómo funciona la corrupción en la sombra, el caso Koldo es la prueba de que esa sombra se hizo sistema: las grabaciones existen y las mordidas también, y la UCO registra.

Hay tramas que parecen sacadas del cine. Con giros, villanos, protagonistas que caen en desgracia, y lealtades que se evaporan a medida que se acerca la policía. Pero el problema no es que el caso Koldo parezca una película. El problema es que ya no hay ficción capaz de seguirle el ritmo a la realidad.
La corrupción española tiene sus propios géneros. Drama político, thriller judicial, comedia negra. Y sus elementos son tan reconocibles que podríamos hacer un 'checklist': dinero en efectivo escondido en altillos o mochilas, grabaciones como seguro de vida, mujeres tratadas como moneda de cambio, fiestas en reservados, áticos de lujo, adjudicaciones amañadas, amigos del poder convertidos en empresarios exprés… y la caída final del protagonista, mientras todos a su alrededor fingen no conocerlo.
En 'El Reino', la película de Rodrigo Sorogoyen, la UCO entra a registrar la casa del protagonista. Él, intentando salvarse, esconde un pendrive en el zapato. Le pillan. En la vida real, la UCO entra en casa de Ábalos. Una mujer, Anais, dice que va a sacar al perro. Pero lo que intenta sacar es un disco duro escondido entre la ropa. También la pillan. Ficción 0 - Realidad 1.
En la película, el protagonista aprende a grabar conversaciones. Sabe que los audios son su único salvavidas. En el caso Koldo, las grabaciones no son una sospecha: son un hecho. Grababa a políticos, empresarios, todo lo que se movía. No por paranoia. Por costumbre. Por estrategia. Por miedo.
En la ficción, cuando el escándalo estalla, nadie conoce al protagonista. Es el apestado. En el PSOE, hoy, José Luis Ábalos se ha quedado solo. Andrea Fernández, Elena Valenciano, otros tantos… todos se han desmarcado. "Ya no es de los nuestros". Otro clásico del manual: cuando huele a podrido, se corta la cuerda.
También se repite el capítulo más turbio: la prostitución. En 'El Reino', se mencionan lugares, reuniones, mujeres. En 'Púnica', fue aquello de "¡volquete de putas!". En 'Emarsa', las "traductoras rumanas". En este caso, los nombres aparecen en las conversaciones: Carlota, Ariadna, la colombiana. Personajes que no están en ninguna nómina oficial, pero que orbitan siempre cerca del dinero fácil. Este miércoles, el PSOE ha presentado una ley para abolir la prostitución. ¿Casualidad? No parece.
Y el dinero, siempre el dinero. El metálico. El que no deja rastro. Granados lo guardaba en un altillo. Bárcenas lo convertía en propiedades. En esta trama, también hay sobres, billetes, bolsas. Porque si algo se hereda en la corrupción española es la logística.
Pero no es cine. No hay actores. No hay decorados. Hay funcionarios, exministros, empresarios improvisados, policías. Y hay dinero público que ha desaparecido en manos privadas mientras el resto miraba hacia otro lado.