Ayuda con condiciones
Gaza no confía: tres motivos por los que la nueva ONG parece todo menos humanitaria
La otra cara Su sistema de ayuda exige controles biométricos que podrían usarse para identificar vínculos con Hamás, limita la distribución de alimentos a solo algunas zonas, y parece parte de una estrategia para forzar el desplazamiento de miles de personas en medio de una crisis humanitaria sin precedentes.

En Gaza la situación ya no da para más. En solo dos meses, Israel ha ordenado a los gazatíes que abandonen sus hogares nada menos que 21 veces. Primero les dijeron que se fueran al sur, después al oeste, y ahora la única ayuda alimentaria está limitada a solo cuatro ciudades. El resultado: más de 600.000 personas, entre niños, ancianos y familias enteras, caminando a pie cientos de kilómetros, atravesando ruinas, sin comida, sin refugio, sin descanso.
Este martes la gente tiró abajo las vallas de un centro de distribución de comida y corrió a conseguir lo poco que había. No era rabia ni violencia, era hambre y miedo mezclados. Es el extremo al que ha llegado una población que lleva meses sufriendo sin poder protegerse.
La distribución de esta ayuda no corre por cuenta de la ONU ni de las ONG tradicionales. Ahora está en manos de la llamada 'Fundación Humanitaria de Gaza', una organización que nació hace apenas unos días, respaldada por Estados Unidos y el gobierno israelí. Esta fundación ha generado recelo y rechazo entre las ONG que trabajan en el terreno, que la ven como una pieza más de la maquinaria israelí para controlar a la población palestina.
¿Por qué no confiar en esta organización? Por varias razones:
- La ayuda solo llega a quienes pueden desplazarse al sur. Los centros de distribución están allí, obligando a miles a moverse, a abandonar el norte del enclave. Esto puede ser parte de un plan para que la gente salga de sus casas por hambre y sed, o como dijo el primer ministro israelí, para "su propia seguridad" mientras ellos combaten en otras zonas.
- La ayuda se usa como control. No es solo entregar comida. Antes de recibirla, las familias deben pasar por controles que buscan vínculos con Hamás. Se habla de pruebas biométricas y reconocimiento facial. Esto implica que la ayuda podría negarse a quienes sospechen, o incluso que se usen esos datos para detenciones.
- La 'Fundación Humanitaria de Gaza' no es una ONG neutral ni independiente. Su primer director renunció porque no cree que la organización pueda actuar siguiendo principios humanitarios básicos. Detrás están el ejército israelí y empresas de seguridad que respaldan la operación, lo que pone en duda la imparcialidad de la ayuda.
Mientras tanto, Gaza sufre la falta de electricidad, sin agua potable y con la infraestructura destruida. El agua, además de escasa, está contaminada, provocando enfermedades —ictericia, diarrea, sarna, piojos—. 'Médicos Sin Fronteras' alerta sobre la crisis sanitaria que se agrava día a día.
La situación es clara: hambre, sed, miedo y desplazamiento forzado disfrazado de ayuda humanitaria. Los gazatíes llevan meses caminando sin rumbo, sin saber si encontrarán comida o un lugar seguro. Y nadie sabe cuándo o cómo esto podrá cambiar.