En 1977, la edad media en España era de 33 años. Hoy, esa edad ha subido 11 años hasta situarse en los 44 años. Es la prueba más clara de que España no deja de envejecer, con el 20% de la población ya superando los 65 años.

Sin embargo, la cosa va a ir a peor: en 2050, se espera que esa cifra llegue al 41,4%. En 10 provincias, uno de cada cuatro habitantes son mayores de 65 años, con Zamora y Ourense a la cabeza (el 31% de sus habitantes).

Esto supone la llegada del 'invierno demográfico', que tiene consecuencias muy notables tanto a nivel social como a nivel económico. El más evidente es el de las pensiones, que se van a incrementar cada año hasta 2050. Además, la población en edad de trabajar para pagar esas pensiones va a ir decreciendo.

Una de las claves para frenar esta situación es la llegada de migrantes, lo que puede hacer que el sistema no colapse y se pueda revertir este gélido 'invierno'.