40 años después
Del contrato indefinido al alquiler temporal: así cambió la 'ley Boyer' la vivienda en España
Las consecuencias Aprobada en 1985, la ley puso fin a los contratos de renta antigua y liberalizó el mercado del alquiler, dando paso a una era de contratos breves, subidas de precios y creciente inestabilidad para los inquilinos.

El PSOE ha presentado una batería de medidas destinadas a acabar, según ellos, con el negocio especulativo en torno a la vivienda. Entre las propuestas destacan un impuesto a las viviendas vacías, limitaciones a los apartamentos turísticos, la aplicación del IVA del 21% a los pisos turísticos y un impuesto para compradores extranjeros no residentes. La iniciativa acaba de ser presentada y ahora necesitará contar con los apoyos necesarios en el Congreso para salir adelante.
Esta propuesta llega en un momento muy simbólico: se cumplen 40 años de la llamada 'ley Boyer', una norma que intentó regular el mercado del alquiler, pero que terminó provocando un efecto contrario al esperado, dando pie a uno de los grandes problemas actuales: el auge de los alquileres temporales.
Hasta mayo de 1985, en España los contratos de alquiler eran indefinidos, con prórroga forzosa y posibilidad de subrogación, lo que otorgaba una gran estabilidad tanto a inquilinos como a propietarios. Sin embargo, el entonces ministro Miguel Boyer aprobó un decreto que liberalizaba la duración y el precio de los contratos para incentivar a los propietarios a alquilar sin miedo a quedarse atados a contratos indefinidos.
El resultado fue la proliferación de contratos de muy corta duración (uno, seis meses o menos), con precios mucho más altos. Madrid y Barcelona concentraron el mayor impacto, con aumentos de precios en alquileres temporales del 77,8% y 57,1% respectivamente, y representaron el 78% de los contratos de corta duración en los años siguientes.
El descontento entre los inquilinos fue notable, y la polémica marcó la salida de Boyer del gobierno apenas dos meses después de la aprobación del decreto. A pesar de rumores y especulaciones sobre las causas de su marcha, el PSOE terminó reconociendo que la medida había sido un error.
Desde entonces, la 'ley Boyer' ha sufrido modificaciones, como la subida de la duración mínima de los contratos a tres años y la vinculación de las subidas al IPC. Pero no fue hasta 2015 cuando se extinguieron los últimos contratos de renta antigua.
Cuatro décadas después, los problemas derivados de los alquileres temporales siguen vigentes y continúan siendo un tema central en la política de vivienda en España.