Desde Australia llega una de las imágenes más sorprendentes y esperanzadoras de la pandemia. Aunque parezca imposible, el público ha regresado a las gradas de un partido de tenis, el del torneo de Adelaida 2021, sin usar mascarillas ni mantener la distancia de seguridad. La explicación a esto radica en sus datos.
Mientras el resto del mundo sigue combatiendo contra la cruenta pandemia de coronavirus, con alarmantes datos de contagios y fallecidos diarios –y las consecuencias económicas y sociales inherentes–, en el país oceánico sólo han muerto cuatro personas en los últimos cuatro meses. Su incidencia acumulada es además de 0,53 casos por cada 100.000 habitantes.
Desde el inicio de la epidemia, Australia ha registrado tan solo alrededor de 28.800 casos y 909 víctimas mortales, y la semana anterior logró dejar a cero los contagios por coronavirus en todo el territorio. Estos resultados se dan por las duras medidas que se han aplicado allí para atajar rápidamente la curva de contagios, evitando poner en riesgo la resistencia de su sistema sanitario.
El estado de Nueva Gales del Sur, el más poblado de Australia, superó un rebrote tras confinar a unos 250.000 habitantes durante al menos dos semanas. Y en Victoria, epicentro de la segunda ola que estalló a finales de junio pasado, se obligó a confinar por segunda vez a unos cinco millones de habitantes en Melbourne entre julio y noviembre. Por ello, ha acumulado 15 días sin infecciones, después de un contagio proveniente de Sídney.
Nada que ver con la situación en España. Aquí, la tercera ola sigue provocando estragos. En las últimas 24 horas, 38.118 personas han dado positivo por coronavirus y 513 personas han fallecido. En total, ya se han notificado 2.743.119 positivos desde que comenzó la pandemia, mientras que la cifra de fallecidos supera ya las 58.000 (58.319).
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