Con tan sólo 11 años, Rubén Polo ha sabido sobreponerse a una gran adversidad, la dismetría. Rubén tiene una pierna siete centímetros más corta que la otra, lo que en un principio, le imposibilitaba jugar al fútbol.

Gracias a una bota especial, la joven joya del Oroquieta Villaverde puede disfrutar de su pasión a pesar del hándicap que sufre. "Me hubiese gustado ser futbolista... Tengo una pierna más corta que la otra, me falta un dedo en el pie y tengo tres número menos en el pie derecho", explicó Rubén en 'Jugones'.

Su madre, Virginia Rodríguez, señaló las dificultades que tenía el pequeño para jugar: "Le apuntamos a jugar, se resbalaba... Empezamos a maquinar cómo poder hacerlo porque su pasión es tan grande que no podíamos dejarle sin jugar".

A día de hoy Rubén puede jugar al fútbol gracias a un ayudante desconocido. El zapatero Felipe Pulido se encarga de hacer una bota a medida para que Rubén note lo menos posible la dismetría que padece. Él dio con la clave añadiendo cinco centímetros de suela y un muelle dentro de ella para hacerla lo más parecida a una moto convencional.

Uno de los compañeros de equipo de Rubén, Lucas, es consciente del mérito que tiene superar una adversidad de estas características: "Él lo ha conseguido y es un ejemplo de superación".

Rubén es el tercer máximo goleador de su equipo pero sus logros van mucho más allá de eso. La superación, la ilusión y sobre todo la pasión reunidas para sobreponerse a su condición, lo convierten en un futbolista único. "Estoy deseando siempre que llegue el día del partido. Todos pueden jugar al fútbol, aunque sea con esto". declara humildemente el pequeño.