Anthony Taylor, el colegiado que arbitró la final de la Europa League el pasado miércoles, ha tenido que soportar una situación de lo más bochornosa para él y sus acompañantes.

Cuando se disponía a salir de Budapest, Taylor se encontró con una marea de aficionados de la Roma que le empezaron a increpar e incluso intentar agredir.

Afortunadamente, tanto el colegiado inglés como su mujer como sus acompañantes no sufrieron daños pero eso no exime a los ultras romanos de haber cometido uno de los actos más vergonzosos de toda la temporada.